Criminalidad financiera

AutorFederico Campbell
Páginas139-141
CRIMINALIDAD FINANCIERA
EL PODER financiero ha entrado en una dimensión fantástica:
gobiernos, empresas transnacionales y mafias del crimen organizado
se han constituido en la Santísima Trinidad que se ha apropiado del
mundo.
La afirmación parece demasiado simplista y recuerda aquella frase
periodística de los años sesenta: basta enviar a un ejecutivo de
Citibank con un portafolio para ocupar un país. No se necesitan ya ni
soldados ni aviones ni tanques.
Tan invisible como vertiginoso, este poder formidable escapa a las
categorías políticas y emocionales con que antaño nos indignábamos.
Se nos podría juzgar impotentes, incapaces de salir del sueño propio
de las tierras de conquista, como si odiáramos a quienes nos
quisieran despertar, “aunque sea para ofrecernos los más hermosos
regalos”.
Este entrecomillado procedente de El Gatopardo, nos recuerda
otro comentario emitido de paso por otro de los personajes de T. G.
di Lampedusa: “Hace años que somos colonia, y no lo digo
lamentándome: la culpa es nuestra. Pero estamos cansados y
también vacíos”.
Porque ésa ha sido la sensación al contemplar alelados, atónitos,
hechos unos imbéciles, la compra de Banamex por Citibank, empresa
que acumula y acumula acusaciones por lavado de dinero. Es un
acontecimiento sin antecedentes en la historia. Es la toma de un país
en la que unos mexicanos, otra vez, ayudan a los extranjeros. Y,
aparte, hemos de pagarles por lo menos 35 000 millones de pesos
por el compromiso de Fobaproa. “Se llevan libres de polvo y paja 12
500 millones de dólares, casi la misma cifra en que el Estado vendió
hace pocos años toda la banca”, dice el economista José Luis Calva
(La Jornada, 22 de mayo de 2001).

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR