Crímenes que no pagan

En Sinaloa, Baja California y Jalisco fueron ejecutadas en total 911 personas durante 1999, de acuerdo con datos oficiales de las procuradurías locales.

La ejecución como causa frecuente de muerte se ha extendido a lo largo del país en los últimos años. En algunas entidades constituye una realidad cotidiana. Se trata de crímenes que sobresalen con frecuencia por la violencia de su concreción. Y suelen quedar en la impunidad.

Van más allá de la inseguridad pública y la delincuencia común. Son, frecuentemente, "ajustes de cuentas" del crimen organizado, cuyo abanico de actividades puede ser desde el narcotráfico, secuestro, robo de automóviles, robo de autopartes o asalto de tráileres y blindados.

Legalmente este tipo de crímenes son clasificados como homicidios con violencia, pero por las características de cada caso, en el que tradicionalmente a la víctima se le asesina con saña, sin asalto o incluso, sin dañar a acompañantes, así como por los antecedentes de la misma víctima, las autoridades judiciales aceptan que se trata de 'ejecuciones'.

Sus rasgos distintivos suelen ser el secuestro, la tortura previa, el "tiro de gracia", el estrangulamiento, la mutilación y el acribillamiento.

Todavía a mediados de los 90 fue común escuchar los apellidos de grandes personajes ligados con el tráfico de estupefacientes en estos hechos de violencia, pero en los últimos años los ajustes se han dado entre grupos no tan relevantes, de acuerdo con investigadores locales y federales.

En Jalisco, por ejemplo, durante 1999 este tipo de crímenes abarcó incluso el asesinato del ex Diputado Gerardo Avalos Lemus, cuyas actividades como supuesto 'gestor' para organizaciones populares no han permitido, hasta ahora, clarificar una causa de su muerte ni vincularlo claramente con algún grupo. Contrastan asimismo una serie de 'vendettas' que se dieron en las calles de zona metropolitana de Guadalajara entre dos bandas, aparentemente ligadas con el robo de automóviles y narcotráfico.

Una parte de la familia del extinto narcotraficante Manuel Salcido Zazueta "El Cochiloco" se enfrentó en las calles a la familia de los García Cruz, en un aparente "ajuste de cuentas" por secuestro y el supuesto control del territorio.

Los informes de la sección de Homicidios Intencionales de la Procuraduría General de Justicia de Jalisco establecen que en 1999 se registraron un total de 344 homicidios en la entidad. De ellos, 198 fueron cometidos con armas de fuego, 53 con arma blanca, 68...

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