Contrapuntos/ El crimen organizado

AutorLuis García Abusaíd y Celina Fernández Vizcaíno

Luis García Abusaíd

El individuo que quiera sentirse más seguro debe contribuir a la seguridad común e integrarse con los otros de manera activa y participativa para protegerla.

EL AUTOR es candidato al Doctorado en Sociología por la Universidad de Berkeley-California, investigador y consultor independiente.

Primero, dibujemos algunos de los horroríficos rasgos del monstruo a combatir: El crimen organizado es un fenómeno global que aprovecha las ventajas tecnológicas y comunicativas inherentes a la nueva era de la información. Paralelo a éste, se presenta un agotamiento de la vieja fórmula del monopolio estatal de la violencia que ofrecía una mínima seguridad para la convivencia cívica.

Estos dos rasgos impactan de manera brutal la organización policial que se ve no sólo vulnerada en su ámbito de acción, sino además, infiltrada por las fuerzas mismas del crimen organizado. Dicha penetración también acontece en el ámbito de la política y de los medios de comunicación; razón por la cual, no es gratuita la dispersión del fenómeno de la violencia en distintos ámbitos de nuestra sociedad.

¿Quién la puede contener? ¿Quién puede cumplir con la tarea de salvaguardar la supervivencia misma de las comunidades humanas: la protección efectiva de las vidas, los bienes y las libertades de los ciudadanos en su vida cotidiana, en sus casas, en las calles de su ciudad y en las carreteras, en sus lugares de trabajo, de reunión o de recreo?

Por ejemplo, ¿será suficiente el acuerdo de colaboración firmado por el Gobernador de Nuevo León con la PGR para luchar contra el narcotráfico? No. El Estado ha perdido toda capacidad. Requiere, por necesidad, la participación de la sociedad civil organizada.

Sin embargo, para ello no existen recetas preconcebidas. Sólo se pueden sugerir líneas de acción general para adecuarse a condiciones específicas en el momento de su implementación. Tres premisas son básicas.

La participación de la sociedad en la lucha contra el crimen organizado pasa por el filtro de su ciudadanización. Una sociedad civil repleta de individuos portadores de un compromiso ciudadano incipiente está imposibilitada para actuar en beneficio del bien común.

La seguridad pública es un derecho-deber del buen ciudadano. El individuo que quiera sentirse más seguro debe contribuir a la seguridad común e integrarse con los otros de manera activa y participativa para protegerla. El sujeto que decida no participar ejercerá su derecho a la inseguridad, y por ende...

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