Crece consumo en favelas de Río

AutorAlberto Armendáriz

Corresponsal

RÍO DE JANEIRO.- Es un gran día para Lucía Aquino, quien va a festejarlo comprando un par de zapatos en la tienda Mixto de la favela Rocinha. La mujer, de 29 años, acaba de recibir su primer sueldo como empleada de una tienda de cristales en el elegante barrio de Leblon y, para pagar el calzado, saca con orgullo su tarjeta de débito.

"En mi nuevo empleo gano casi el doble de lo que ganaba como cajera de un supermercado. Ahora me sobra dinero para gastar en ropa, zapatos y perfumes", comenta a REFORMA al salir de la coqueta zapatería en lo alto de la Vía Apia, la agitada calle principal de Rocinha, la favela más grande de Río de Janeiro.

Desde que Rocinha fue pacificada por las fuerzas de seguridad a finales de 2011, la actividad comercial ha estallado en la comunidad y hoy la oferta de productos y servicios que ahí se presentan es de lo más variada, hay bancos, boutiques, restaurantes, consultorios de dentistas, ópticas, relojerías, farmacias, perfumerías, peluquerías, salones de tatuajes y piercings, y tiendas nutricionales de suplementos vitamínicos.

Impulsado por un mayor poder adquisitivo de las clases más bajas, en parte gracias al aumento de los salarios y a los planes sociales federales, el consumo en las favelas de Brasil representa hoy unos 28 mil millones de dólares, el equivalente al PIB de Afganistán, según una reciente investigación del instituto Data Popular en asociación con la organización no gubernamental Central Única de Favelas (CUFA).

"Las favelas de Río de Janeiro, por ser donde hay más comunidades pacificadas, son las que más dinero mueven en todo el país. Ha habido mucha movilidad social en las favelas, pero todavía el mercado no explota adecuadamente las necesidades de consumo; aún hay prejuicios sobre los 'favelados' y la violencia asociada a los grupos narcotraficantes que dominaban estas comunidades", explica Renato Meirelles, socio-director de Data Popular.

Según su investigación, el consumo en las favelas se caracteriza por ser minorista y por registrar pagos en efectivo.

Recién en los últimos dos años, con el avance de la urbanización de estas comunidades, los pobladores, que ahora poseen direcciones físicas registradas, han empezado a tener acceso a tarjetas de débito -principalmente- y también de crédito. Las agencias bancarias se están expandiendo rápidamente en las favelas, como en Rocinha, que ya ofrece sucursales de Banco do Brasil, Bradesco, Itaú y de la Caixa Económica Federal.

Las filas...

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