Crean baños para higiene menstrual en comunidades rurales

Elisa Villa

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 28 (EL UNIVERSAL).- Algo tan común como ir a la escuela es un reto para las niñas que viven en pobreza extrema y están pasando por su periodo menstrual. Las adolescentes faltan a clases por miedo a ensuciar su ropa de sangre; su pobreza les impide costear productos de higiene íntima, o bien porque en su escuela no hay un baño cerrado donde puedan asearse durante su menstruación.

En localidades de Chiapas, Oaxaca, y la Huasteca Potosina (San Luis Potosí) es común que las personas no cuenten con sanitarios, agudizando el problema de la higiene menstrual en jovencitas, en palabras de Lorena Vázquez Ordaz, directora ejecutiva de The Hunger Project México.

En el Día Internacional de la Higiene Menstrual informó que "en las comunidades rurales, el hecho de que las niñas vayan a las clases es un gran avance, pero una vez que logran ir a la escuela no cuentan con una infraestructura básica de saneamiento. Tienen letrinas, que normalmente sólo son un hoyo. Las niñas no van a la escuela por miedo a mancharse, para ellas es más fácil quedarse en su casa".

Ante esta situación, The Hunger Project México ha trabajado en Catishtic, una localidad de San Juan Chamula, Chiapas, para enseñar a las mujeres a construir baños con regadera y puerta para que puedan asearse con comodidad.

En Chiapas tres de cada 10 personas viven en pobreza extrema, según el último informe Medición de la Pobreza, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En este proyecto las jóvenes aprendieron diferentes métodos de construcción y estilos de instalaciones sanitarias a las que ellas podrían acceder. Ellas diseñaron...

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