CRÓNICAS DEL METRO / IXTAB

Acucioso subí a un convoy en el Metro Sevilla, mientras me enteraba que, en promedio, se suicidan tres usuarios al mes. Por asociación de ideas, vino a mi memoria Ixtab, la diosa maya del suicidio.

"La de la cuerda", es la amada cónyuge de Chamer, el dios de la muerte. Ixtab era simbolizada mediante el dibujo de un cadáver pendiendo de un árbol, medio putrefacto y con los ojos cerrados.

En la tradición de nuestros ancestros prehispánicos del sureste, el suicidio era un modo distinguido de morir, análogo a la defunción de un sacerdote o al deceso de un guerrero en la batalla.

Suicidarse resultaba tan sagrado como lo era haber sucumbido en un sacrificio en honor a algunos de los dioses o tan insigne como lo podría ser para una embarazada fallecer durante su primer parto.

Ixtab tenía un papel de psicopompo, rememoré en el vagón, pues su encomienda divina era proteger a los suicidas. Custodiaba las almas de esta clase de difuntos...

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