Escrutinio/ Corrupción Mexicana y Mexiquense
| Autor | Sergio Lujambio |
Si camina como pato, grazna como pato y huele a pato ...¡es pato!. Este sistema de inferencias lógicas verbalizado en el refrán del pato es el que nos conduce a la cultura de la suspicacia, y es normal.
La vox populi, normalmente portadora de sabiduría milenaria, sintetiza en refranes ideas que prejuzgan sobre la base de la experiencia. Que la burra no era arisca, y la fueron haciendo los palos, es cosa sabida.
Por eso cuando las planas de este diario exhiben con imágenes los asadores de los merenderos populares que el ayuntamiento de Atizapán pretende edificar a un costo de 16 mil y pico pesos, cuando cualquier constructora lo puede estimar con un programita de precios unitarios en no más que la décima parte de ello, la duda corroe: Son imbéciles, son inmorales o son ineptos.
Si son imbéciles, quién los puso ahí. Nadie tiene la culpa de estar menos dotado de neuronas y capacidad de discernimiento, si padeció insuficiencias de oxígeno al nacer, o malnutrición intrauterina o de plano herencia, pero el que nombra a un imbécil (dicho como diagnóstico, no como insulto) para hacerse cargo de una función pública que implica el manejo de presupuesto fiscal (o sea, dinero de todos nosotros) es o puede ser también imbécil o inmoral o inepto.
La ineptitud tampoco es del todo responsabilidad del inepto, en la medida que quien lo contrata es responsable de capacitarlo. Si no tiene tiempo o recursos para hacerlo, entonces debe contratar gente previamente capacitada.
Contratar inmorales es un riesgo que hay que tomar, pues normalmente el que lo es, no lo anda diciendo por ahí, salvo "honrosas" excepciones.
Entonces hay que articular los mecanismos necesarios para supervisar y no dejar todo a merced de la buena fe, pues es bien sabido que (vox populi otra vez), en el arca abierta, hasta el justo peca.
En estos días han empezado a aparecer los indicadores de calificación sobre niveles de corrupción de acuerdo a los patrones de medición que emplea la organización Transparencia Internacional. Todo parece indicar que hemos empeorado un poquitín.
Resulta absurdo imputar a Fox o a su gobierno tal indicador. Los mexicanos hemos crecido en la tolerancia y en atestiguar con naturalidad la "mordida" hasta en las más pequeñas tonterías.
Las destrezas desarrolladas por, ejemplo, muchos policías de tránsito (me reservo un mínimo de deseo de creer que no todos) para conducir a un conductor infractor de algo real...
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