Los corroe la nostalgia

“¿CÓMO ES posible que Jorge Vergara nos quite los terrenos donde se forjaron 100 años de tradición?”.

Fueron las palabras que articuló Alicia Olmos minutos después de enterarse de la venta de los terrenos del Club Guadalajara, al que ha asistido los últimos 27 años de su vida.

Con evidentes gestos de tristeza y frustración, la señora Olmos explicó con pesar que ya no podrá jugar tenis como cada mañana, no disfrutará de su baño de vapor, entre otras actividades, todo por culpa de Jorge Vergara, como ella declaró.

“Sentimentalmente éste es un duro golpe para todos los usuarios, porque Vergara sólo está pensando en lo económico y no en lo humano, él sólo quiere poder y para mí él ya vale para puro cacahuate”, acotó.

Unos incrédulos, otros bromeando por lo que harán a partir del 1 de enero y algunos más pidiendo tomarles fotos para el recuerdo, pero ayer la mayoría de los usuarios practicaron sus variadas actividades deportivas en medio de una incertidumbre palpable.

Incluso, los empleados trataron de investigar cuál sería su futuro al consumarse la venta del Club Guadalajara.

“¿Dijeron algo de nosotros?, ¿nos van a correr o a liquidar?”, preguntó el vigilante de una puerta de acceso al club a un reportero.

“Por mí que me liquiden para buscarme otra chamba más segura”, agregó sin querer proporcionar su nombre.

Pero los usuarios más afectados son aquellos que superan los 50 años de edad, en su mayoría jubilados que juegan tenis, frontón y frontenis.

Por lo general pasan las mañanas conviviendo, opinan de política, tocan problemas familiares, pero lo más importante: son diarios deportistas que cuidan así su salud.

Yo tengo 75 años de edad, soy apenas un chamaco, pero ahora que me quiten el club, ¿qué voy a hacer...

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