Corregido y muy aumentado

AutorAdalberto R. Lanz

Paseaba por Madrid, una ciudad que no es hermosa, pero que me encanta como ninguna. Si la visito, hay tres actos que no perdono: comer cocido en la Daniela, una escala en el Club del Gourmet del Corte y la revista a uno de los museos de la trinidad del Paseo del Arte.

Me aproximé al Prado y no supe si el nuevo edificio que se ve a espaldas de la galería centenaria me gustaba o no. Sabía que era parte de un proyecto de ampliación, pero eso no cambió mi primera impresión.

Sin embargo, dejé a un lado los prejuicios y me acerqué a la Puerta de Goya (del museo original diseñado por Villanueva), donde me informaron que por ser domingo podía pasar al nuevo edificio. No lo pensé ni un minuto.

El Museo del Prado es uno de los vértices del Triángulo del Arte de Madrid. La denominación de "epicentro del mundo del arte en España" no le vendría nada mal puesto que por derecho de antigüedad, y por la valía de su colección, no conoce paralelo.

Asimismo, epicentro es una designación justa porque ahí se centralizó, en un pequeño espacio, la mayor colección en cantidad, calidad y variedad del arte español (y europeo, en buena medida).

Así, sin dejar de encomiar los tesoros de otras ciudades y de los museos vecinos de la propia capital, hay que recalcar que como el Prado no hay dos; o mejor dicho, sí hay dos, pero no hay par.

Son dos porque el Prado ha concluido, después de mucho trabajo y tiempo, la expansión de su edificio principal hacia un inmueble nuevo incorporado al remodelado Monasterio de los Jerónimos, para así completar el núcleo de lo que será el Campus del Museo del Prado.

Ahora son dos los edificios que ostentan el nombre y erario de dicha catedral del arte. Hoy la gente habla del Prado Original y del Nuevo Prado.

Un edificio con sentido

La extensión del Prado tiene varios objetivos y las nuevas instalaciones, diseñadas por Rafael Moneo, cumplirán con albergar todas aquellas obras que por falta de espacio en el edificio original de Villanueva no se podían exhibir.

Lo que el público podrá admirar será un 50 por ciento más que la colección original.

También se abrirán salas para exposiciones temporales, auditorio y teatro de lectura. Buena parte de la nueva construcción está destinada a los departamentos de administración y talleres, laboratorios y restauración, así como tienda, librería, cafetería y área especial para dibujos y grabados.

Hoy, quienes entran ven un edificio notablemente espacioso, con iluminación domada y colores mucho menos...

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