Corean los Ríos de rock

Un "Sábado en la Noche"... "A Todo Pulmón" vivió Miguel Ríos en el primero de los tres conciertos que programó en el Auditorio Nacional, donde fue recibido por un público que no escatimó energía para hacerle 'segunda', en el tributo que brindaron al rock.

En las más de dos horas que duró el Big Band Ríos, los cómplices del español, próximo a cumplir los 55 años, no sólo le ofrecieron sus manos, sino que todos se unieron en un sólo corazón, tal como dice el tema "Bienvenidos", con el que inicia sus presentaciones.

Esta vez no sólo volvieron a correr los ríos de rock, también hubo un set acústico y, congruente con el tiempo que vive, Miguel Ríos sin siquiera nombrar la región recordó la guerra que se libra en los Balcanes, para después con su "Himno a la Alegría" clamar por que la paz reine en el planeta.

Vestido completamente de negro, Ríos hizo vibrar el foro con sólo plantarse en el escenario. Su mítica figura logró que miles de asistentes, entre los que se veían tres generaciones: niños, jóvenes y adultos, saltaran prácticamente de sus asientos para tributarle un aplauso, regalarle gritos y chiflidos, es más, algunos hasta agitaron vigorosamente las varitas verde fosforescente que adquirieron por 20 pesos en el inmueble.

La Big Band, conformada por tres españoles y siete mexicanos, más la banda base del artista, no sólo sonaron como en el disco que lleva el título homónimo al espectáculo, sino que lo superaron.

Destacó el trabajo de la sección de metales que hizo vibrar a cada momento al público que, conocedor, les aplaudió con gusto en señal de reconocimiento.

"Este es un concierto atípico, aclaró Miguel; antes, cuando venía, todo el tiempo me la pasaba corriendo de un lado a otro del escenario, parecía más un pugilista que un cantante, pero hoy pretendimos cantar como si fuera la primera vez".

Así, canción a canción, el público se rindió a los pies del maestro que, parsimonioso, en varias ocasiones hizo reverencias para agradecer la respuesta de sus 'aliados nocturnos'.

Aunque al principio el público prefirió mantenerse recatado, fue el mismo cantante quien les pidió "no sean tan bien portados, compórtense como el público que siempre he tenido".

Bastó esa solicitud para que la interpretación de temas como "Fiebre" "Penélope" y "Raquel es un Burdel" marcara el inicio de un largo clímax, pues el júbilo que se registró no bajó ni por un minuto.

Tan a gusto se mostró el rockero en el escenario, que se permitió llamar la atención a las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR