Con corazón chilango
| Autor | Ãngel Rivas |
En la Ciudad se encuentra un mosaico gastronómico de todos los estados y en muchos casos estas preparaciones superan a las que se comen en la República, como dice el investigador José Iturriaga "Mucha gente llega al DF con lo que trae puesto, pero trae un bagaje cultural que no deja atrás.
"Hay platos como el pozole que no son de aquí, pero que se encuentran en banquetas, restaurantes y zaguanes de toda la Ciudad, y ya se volvieron propios", señala.
La gran competencia, agrega, hace que se pulan esas recetas y un ejemplo son las carnitas de Michoacán que en la Ciudad se pueden conseguir igual o mejores que las de Morelia; con un surtido vasto (maciza, cuerito, buche, trompa, corazón, nana y otras vísceras).
Otro ejemplo, dice Iturriaga, es el restaurante yucateco Coox Hanal sobre Isabel La Católica, Centro Histórico, y que es mejor que los de ese estado. También está el pozole verde estilo Guerrero de un sitio en Reforma Norte y Eje Central.
En la delegación de Milpa Alta se encuentran muchos productos de milpa que se comen en el DF, como el nopal, calabacitas o el elote. En esta zona también se ubica el poblado de San Pedro Atocpan que hace 33 años realiza la Feria Nacional del Mole.
"Así como Oaxaca y Puebla tienen sus moles en esta zona de los moles del DF se encuentra la especialidad: el almendrado. Además puedes encontrar otros hechos con frutas secas, pasas, piñón y otros ingredientes.
"Específicamente en Xochimilco se encuentran los verdaderos esquites (granos de elote) que se hacen asados con manteca, cebolla picada toscamente, epazote y sal. A veces pueden ser hervidos y con chile de árbol, pero la versión de este antojo con mayonesa y queso es una variante deformada", señala el Gerardo Vázquez, chef de Nicos.
Antojos de banqueta
Dos de las preparaciones emblemáticas de la capital que suelen consumirse en la calle son las tortas de tamal y los tacos de canasta.
"De los tamales hay una gran diversidad en el País, pero en la Ciudad de México hay un invento extraordinario llamado torta de tamal. Quien no la ha probado la imagina como algo demasiado pesado, difícil de comerse y que suena poco apetitoso.
"Consumido típicamente por un albañil es un alimento completísimo, porque con él recibe calorías para casi un día de trabajo. Consiste en un pan del día cortado con un tamal rojo o verde adentro", describe el investigador José Iturriaga.
Iturriaga dice que el término "guajolota" se utiliza en Puebla para un pambazo relleno de una...
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