Coordenadas / ¿Un país sin vocación?

AutorEnrique Quintana

Tan preocupante como el hecho de que México tiene desventajas competitivas en ámbitos como el costo del dinero y de muy diversos servicios, es el hecho de que el rubro en el que los inversionistas observan mayor ventaja competitiva es en los bajos salarios de los trabajadores.

Es preocupante esta percepción por dos razones.

La primera es porque es indeseable fincar una ventaja competitiva en ese hecho. Conduce a un modelo inaceptable socialmente.

La segunda es porque llevamos todas las de perder. Hay 100 países que pueden pagar salarios más bajos que en México. Para empezar, China e India, que suman 2 mil 500 millones de personas. Y sígale con una larga lista de naciones de África o de América Latina.

Un modelo económico deseable, y además que funcione, es aquel en el que las ventajas competitivas se dan a la par que el crecimiento de los salarios reales.

Pero eso solamente se consigue cuando hay otros ámbitos en los que México pueda generar ventajas.

Es ABC de cualquier estrategia competitiva que no se puede ser bueno en todo. Hay fortalezas que deben aprovecharse, existan naturalmente o sean desarrolladas socialmente.

Una de ellas tiene que ver con la abundancia relativa de bienes o factores productivos.

Los chinos empezaron arrasando en sectores intensivos en mano de obra y ahora incursionan muy exitosamente en industrias tecnológicas.

India comenzó igual y ahora se vuelve el centro mundial de los call center y del outsourcing.

Si México es una nación que tiene abundancia de hidrocarburos, sería natural que en ellos basara su ventaja competitiva, no sólo con una poderosa industria exportadora de petróleo crudo, sino en general con una industria energética y química de gran alcance.

En una lógica estrictamente económica, el menor costo de los energéticos debería ser uno de los motores de la competitividad en el país.

No debiéramos cometer el absurdo de estar concesionando la construcción de plantas de regasificación en las costas para tratar el gas importado, sino debiéramos estar exportando grandes cantidades de gas natural al precio internacional y abastecerlo localmente con un diferencial que diera ventajas a los productores locales que lo utilizan como insumo.

Hay otra actividad en la que debiéramos ser una potencia mundial: la industria turística.

De nueva cuenta, hay una dotación enorme de recursos para esa actividad y pese a que ha crecido y logrado buenos números en este año, debería contribuir con montos mucho mayores de empleos...

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