Coordenadas / ¿Necesita el Gobierno realmente más dinero?
| Autor | Enrique Quintana |
Hay afirmaciones que, a fuerza de repetirse, se convierten en verdades incontrovertibles, aunque sean mentiras.
Una de ellas es que el Estado mexicano requiere muchos más recursos si quiere cumplir adecuadamente sus funciones.
Escuchamos quejas de aquí y de allá respecto a la falta de dinero. Las instituciones de salud no tienen para medicinas; Pemex no tiene suficiente dinero para invertir en exploración; Agricultura no tiene recursos para apoyar al campo y un largo etcétera.
Llevamos cinco años (en realidad muchos más) discutiendo la famosa reforma fiscal integral que supone que el Gobierno debe tener mucho más dinero.
Para sustentar la afirmación anterior, casi siempre se compara lo que se gasta en México con lo que otros Estados desembolsan. De acuerdo con las estadísticas del Banco Mundial, el gasto del Gobierno central es aproximadamente de 25 por ciento del PIB en promedio en los países desarrollados, mientras que en México es de 16 por ciento.
Y, como nos faltan 9 puntos del PIB para semejarnos a los países desarrollados, entonces andamos buscando reformas fiscales que nos dejen por lo menos 2 ó 3 puntitos.
Si en verdad hace falta tanto dinero, entonces ¿por qué da la impresión de que el Gobierno, o mejor dicho, los Gobiernos (incluyendo los estatales y municipales) malgastan el dinero?
Le sugiero que acuda a cualquier oficina de una Secretaría del Gobierno central. Va a encontrar una realidad compuesta por piezas diversas. Por un lado, va a encontrarse equipo viejo y mobiliario desgastado, al que no le vendría mal un reemplazo.
Pero al mismo tiempo va a encontrarse con gente que evidentemente está haciendo como que trabaja.
Si va en la mañana, encontrará a decenas de secretarias acabando de arreglarse o a personal de lo más diverso desayunando. Si va a medio día, verá la estampa tradicional del burócrata comiéndose su torta. En el curso de la mañana no se perderá los grupitos discutiendo alegremente el juego de futbol de ayer o de mañana.
Prácticamente ninguna oficina del sector público resistiría un análisis cuidadoso respecto a la dedicación que los empleados le ponen a su trabajo.
Si, más allá de la impresión visual que le deja una oficina de Gobierno, ve usted lo que está plasmado en los contratos colectivos de casi todos los sindicatos de los trabajadores del Gobierno o de las paraestatales, lo que va a encontrar es una serie de condiciones que serían prácticamente insostenibles para la mayoría de las empresas privadas.
López...
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