COORDENADAS / ¿Quién debe empujar?

AutorEnrique Quintana

No es al Banco de México (Banxico) al que hay que endosarle la tarea de fomentar el crecimiento, pero sí al Gobierno y al Congreso.

Algunos lectores me escribieron para señalar que las críticas que hice en este espacio el viernes pasado a los señalamientos del Presidente Calderón respecto a la necesidad de bajar las tasas de interés por parte del Banco Central, fueron injustificadas.

Muchos empresarios y académicos coinciden plenamente con la opinión del Presidente en el sentido de que sería conveniente ablandar las condiciones monetarias en México.

Con que el Banxico bajara medio punto su tasa de referencia -nos decía un lector- y la ubicara en 7 por ciento, sería suficiente para mandar el mensaje a los mercados financieros de que está preocupado por el desempeño de la economía.

Y, en efecto, así ocurriría.

El problema que existe es que una acción de esa naturaleza también podría interpretarse como el abandono de sus obligaciones de ley, que tienen que ver con preservar el poder adquisitivo de la moneda, es decir, combatir la inflación.

Podremos estar en desacuerdo con el hecho de que el Banco Central tenga sólo esa misión y de que no se le responsabilice también de preservar el crecimiento y el empleo, pero el hecho es que así está la definición del marco constitucional de su autonomía y su Ley Orgánica.

Esta fue una de las reformas estructurales más importantes de la era de Salinas.

Coincido con los lectores que afirman que en México no nos preocupamos suficientemente por el crecimiento. Estamos en la calle en esa tarea. Pero dudo que la institución que deba preocuparse esencialmente por ella sea la de Guillermo Ortiz.

Si tuviéramos la madurez suficiente en el País para encontrar los equilibrios necesarios en las políticas públicas, no sería ningún problema cambiar la redacción de la Constitución para señalar que el Banco Central autónomo debe preservar el poder adquisitivo de nuestra moneda al mismo tiempo que lograr el máximo crecimiento compatible con la estabilidad.

Pero un cambio hoy, sería quizás el mensaje de que se quiere un Banxico más laxo, y ello generaría mayor desconfianza.

Y es que, frente a nuestra inmadurez como sociedad para definir acuerdos de largo plazo, un cambio en las responsabilidades del Banco probablemente enviaría la señal de que está abdicando de sus responsabilidades en materia de estabilidad.

Puede o no hacerse la modificación correspondiente en las leyes, pero creo que es mucho más importante que el...

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