Coordenadas / Un presupuesto mediocre

AutorEnrique Quintana

Los documentos enviados ayer por el Presidente al Congreso mandan un mensaje que puede ser decepcionante. Lo que dicen es que si no existen los acuerdos para hacer las reformas necesarias para aumentar la competitividad del País, tendremos un crecimiento mediocre a lo largo de todo el sexenio, de apenas 3.6 por ciento al año.

Si fuéramos Estados Unidos o Japón, la cifra no estaría nada mal. Pero seguimos siendo México y definitivamente, aquí no nos alcanza.

Ese ritmo -de darse- poco se diferenciaría de lo que ha sucedido en el pasado. Con Fox el promedio fue de 2.3 por ciento; con Zedillo, 3.4 por ciento; y con Salinas, 3.9 por ciento.

Aunque el documento enviado no es el espacio para poner en blanco y negro las propuestas que puedan cambiar esta tendencia, sí resulta decepcionante que no haya al menos otro escenario hipotético que documente a lo que podríamos aspirar si las reglas del juego cambiaran.

Al proponer la perspectiva de mediano plazo hay otro elemento que debe preocupar muchísimo y que si los operadores de los mercados financieros fueran suficientemente agudos, ya estarían viendo con extremo cuidado.

Se trata de un aumento del déficit público, que se prevé de cero en el 2007 a casi 3 por ciento del PIB en el 2012. Las razones de este aumento no son sorpresivas. Se trata principalmente de pagos por pensiones y las amortizaciones de Pidiregas.

El otro ingrediente para documentar nuestras preocupaciones es lo que está ocurriendo con la producción petrolera. En un escenario optimista, el documento enviado al Congreso considera que en este sexenio no habrá un aumento de la producción de crudo sino una declinación. El escenario optimista considera que habrá una caída cercana al 3 por ciento, el pesimista asume una reducción de 25 por ciento.

En el primer caso, hablamos de poco menos de 100 mil barriles al día. El otro supone una contracción de 800 mil barriles y se daría en caso de que no se realicen nuevas inversiones para compensar la caída de Cantarell.

Fíjese a que extremo llegan las cosas. En el escenario optimista, "sólo" se triplicaría el volumen de importaciones de petrolíferos y se duplicaría el de gasolinas. El pesimista ni siquiera está puesto.

El Presupuesto de Egresos así como la Ley de Ingresos que se envió al Congreso es para un México que simplemente sigue su inercia.

El argumento es que el tiempo que había para preparar las iniciativas y buscar los respaldos necesarios era demasiado breve para hacer los cambios...

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