Coordenadas / Números rojos en Pemex

AutorEnrique Quintana

Mientras que en el Senado, Ricardo Aldana, integrante de la dirección del sindicato petrolero, le da largas a la discusión sobre el Régimen Fiscal de Pemex, los números de la empresa petrolera mexicana siguen en franco deterioro.

A pesar de que las ventas de Pemex hayan registrado una marca histórica en los primeros nueve meses de este año, hubo de nuevo pérdidas que suman 2 mil 885 millones de pesos.

Resulta verdaderamente increíble, además, que una de las grandes empresas petroleras del mundo cuyos activos se acercan a los 100 mil millones de dólares apenas tenga un capital contable o patrimonio que rebase los mil 200 millones de dólares.

En los primeros meses de este año parecía que se revertía finalmente la tendencia a que el capital contable de Pemex se esfumara. Pero por lo visto, la historia sigue.

Entre el segundo y el tercer trimestre de este año el valor del capital contable de Pemex cayó en 45 por ciento.

La razón principal de esta caída es un fuerte incremento de los pasivos, del orden de 70 mil 925 millones de pesos en tres meses.

De hecho, por primera vez en la historia, los pasivos de la empresa petrolera superaron el billón de pesos y crecieron a una tasa de 5.4 por ciento, una cifra ligeramente superior a la de los activos.

Mientras esto sucede en México, casi en todas las empresas petroleras del mundo, los reportes que han entregado en sus últimos días son de verdadera fiesta debido a los altos precios del petróleo que han llevado, por ejemplo, a que la empresa más grande del mundo en el ramo, la Exxon, haya reportado utilidades récord cercanas a 10 mil millones de dólares.

La historia que enfrenta Pemex es la misma de siempre. Aunque sus ventas de los primeros nueve meses del año alcanzan virtualmente los 60 mil millones de dólares y sus utilidad de operación llega a los 36 mil millones, la ordeña fiscal de la que es objeto le hace perder dinero en lugar de ganarlo.

Luego de que la Cámara de Diputados finalmente le dio luz verde a la reforma al régimen fiscal de la empresa, parecía que finalmente se tomaban medidas para revertir esta tendencia.

Sin embargo, resulta que hay una parte de las modificaciones fiscales que están sujetas a que en un plazo determinado empiecen los cambios en la estructura operativa de Pemex, para darle mayor autonomía de gestión y hacerla más eficiente.

Eso es lo que no gusta al sindicato, que no quiere abrir la menor rendija para que la gestión de Pemex cambie, menos ahora que Carlos Romero...

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