Coordenadas / Motivos de preocupación
| Autor | Enrique Quintana |
Calificadoras, corredurías y analistas independientes han expresado su percepción de que ninguno de los tres más conspicuos aspirantes a la Presidencia puede garantizar que existan reformas institucionales que permitan un crecimiento más rápido y sostenible en México.
Corren los meses y poco a poco se van perfilando de manera más clara los candidatos a vencer de los diversos partidos: AMLO del PRD, Creel del PAN y Madrazo del PRI.
Y al mismo tiempo se percibe que el electorado mexicano no le va a dar el 50 por ciento de los votos a ninguno de ellos y tampoco a ninguno de los partidos políticos.
Hay todavía mucho terreno por caminar, pero, salvo que se presenten acontecimientos políticos completamente inesperados, tampoco ninguno de los posibles candidatos estará en capacidad de conseguir mayoría legislativa.
Repetiremos seguramente la historia que ya hemos vivido desde 1997 y tendremos un Congreso que servirá como contrapeso para el poder presidencial, pero que no podrá servir como un instrumento para procesar los cambios institucionales que requiere el país.
No importa, en realidad, el programa específico que cada candidato traiga en sus alforjas. Los cambios sustanciales que ofrezcan implicarían modificaciones en las leyes o en la Constitución. Si no cuentan con la capacidad negociadora o con la mayoría, entonces lo más probable es que sus intenciones se queden archivadas.
Entre algunos círculos empresariales se ha hablado mucho de los riesgos de que López Obrador llegue al gobierno. Sin embargo, poco se ha hablado del riesgo de que independientemente de quién llegue, tengamos otro sexenio igual a éste en cuanto a la parálisis de las grandes iniciativas.
Ni los partidos ni los legisladores le pusieron suficiente atención a los temas que pomposamente se denominaron alguna vez "reforma del Estado" y que incluían asuntos como la segunda vuelta electoral y la reelección directa de los legisladores. Tampoco se dio luz verde a asuntos como la reconducción presupuestal que daría mayor certeza a los programas económicos.
Total, que un conjunto de modificaciones legales que podrían haber creado condiciones para poder gobernar eficazmente en un esquema de falta de mayorías absolutas, no se procesó y nos volvimos a quedar -por lo pronto- con un marco institucional que va a repetir sus ineficacias en el siguiente sexenio.
Me preocupa que los ritmos de crecimiento como el que esperamos para este año y el siguiente, de 3.5 por ciento, vayan a ser los...
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