Coordenadas / La maldición del Sexto Informe

AutorEnrique Quintana

Los que tenemos suficientes años nos acordamos de la tarde de aquel 31 de agosto de 1976. Mario Ramón Beteta, Secretario de Hacienda, y Ernesto Fernández Hurtado, director general del Banco de México, anunciaban la devaluación del peso tras 22 años de estabilidad.

Al siguiente día, en su Sexto Informe de Gobierno, Luis Echeverría refrendaba la quiebra económica del País e insistía en su lenguaje político de confrontación, así como en medidas que estuvieron lejos de atenuar la crisis y que propiciaron una segunda devaluación antes de terminar su mandato.

Echeverría usó su Sexto Informe de Gobierno para reafirmar su política que el 20 de noviembre siguiente le llevó a expropiar miles de hectáreas en el Estado de Sonora y dejar al nuevo Gobierno un País que ya crujía.

Cuando pensábamos que Echeverría había hecho lo peor que podría haberse hecho en un Sexto Informe de Gobierno, llegó López Portillo para desmentirnos.

Esta vez no fue en la víspera, sino que desde el mes de febrero de 1982, semanas después del célebre discurso en el que el Presidente anunció que defendería el peso "como perro", tuvimos de nuevo una fuerte devaluación y durante 1982 el País enfrentó la peor circunstancia económica en varias décadas, al punto de que tuvo que suspender los pagos de su deuda externa.

Cuando sólo se esperaba que López Portillo dejara la Presidencia tan pronto como fuera posible, lanzó un Sexto Informe tronante, en el que anunció la estatización de la Banca, realizando la más grande expropiación desde 1938.

Los últimos meses del Gobierno de López Portillo fueron de una abierta ofensiva contra el sector privado, pero finalmente tuvo que aceptar un convenio con el Fondo Monetario Internacional para evitar la quiebra financiera del País.

En el Sexto Informe de Gobierno de Miguel de la Madrid, por primera ocasión, el espectáculo no lo dio el Presidente, sino los legisladores.

Habían pasado cerca de dos meses de las elecciones del 6 de julio de 1988 y el ambiente se encontraba muy tenso, pues la Oposición en pleno denunció que las elecciones habían sido fraudulentas.

Porfirio Muñoz Ledo comenzaba la historia de las interpelaciones. Se levantó de su curul y comenzó a gritar: "Con todo respeto, señor Presidente...", para interrumpir a De la Madrid. Luego del escándalo, los legisladores de los partidos que formaron el Frente Democrático Nacional abandonaron el pleno del Congreso y el Informe terminó sin ellos.

En ese entonces no hubo ningún cataclismo...

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