COORDENADAS / Las implicaciones de las iniciativas
| Autor | Enrique Quintana |
Pese a las movilizaciones de rechazo, las reformas propuestas en materia petrolera, no están mal, pero se quedan muy cortas.
Mientras aquí nos damos hasta con la cubeta por cambios legales que parecen realmente insignificantes, las empresas que tienen la tecnología, visualizan con detalle las oportunidades reales que estas modificaciones les ofrecen.
Los pocos datos que han surgido hasta ahora, pues no ha habido el tiempo necesario para que los expertos analicen con cuidado los documentos presentados al Congreso, señalan que hay bastantes reservas respecto al alcance de esta apertura.
Por ejemplo, en el ámbito de la refinación, los empresarios consultados vieron con cautela la posibilidad de entrar al negocio.
Las razones son múltiples. Si usted va a invertir 7 mil millones de dólares en la construcción de una refinería en la que va a tener un solo proveedor de la materia prima y un solo comprador de los productos refinados, debe haber un extraordinario nivel de rentabilidad para asegurar que el negocio paga el riesgo de estar en esta condición.
Y, el problema es que en este momento no hay un faltante de refinación en el mundo. Si la gasolina está cara no es porque la refinación esté al tope, sino porque el insumo esencial de ese proceso, el petróleo crudo está muy caro.
En contra de la opinión generalizada, quizás le convenga a México importar más gasolina y canalizar los recursos disponibles para inversión en la exploración y producción de petróleo crudo.
El tema de la vulnerabilidad del abasto es exactamente el mismo que para muchos productos y servicios.
Si sentimos que México debe producir toda la gasolina que consume, entonces hay que empezar desde el principio y eliminar los criterios de rentabilidad económica de los proyectos de inversión.
Otro de los ámbitos de discusión es el asunto de los contratos sujetos a desempeño.
La figura que la ley presenta es muy general. Las empresas que consultamos necesitan ver contratos específicos para reconocer si la fórmula es suficientemente atractiva para entrarle.
Bajo esta figura podría haber de todo, desde esquemas más onerosos para PEMEX que los contratos-riesgo o que los esquemas de asociación, o más reservados aún que los que existen actualmente con fórmulas de pago determinados.
Las virtudes y defectos de este tipo de arreglos van a estar en los detalles.
La reorganización de la paraestatal se trata de un esquema híbrido o, si lo quiere poner en términos muy coloquiales, un champurrado.
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