Coordenadas / El freno en Estados Unidos

AutorEnrique Quintana

La economía de Estados Unidos tuvo, entre abril y junio, el trimestre más débil desde hace 15 meses.

Si medimos el ritmo de crecimiento del segundo trimestre con relación al anterior obtenemos un modesto 0.75 por ciento o de 3 por ciento, si se anualiza, que es la forma en que usualmente se da a conocer.

Pero además, hay detalles que deben subrayarse en el comportamiento reciente de Estados Unidos.

La producción industrial en el mes de junio retrocedió en 0.3 por ciento respecto al mes anterior, mientras que su capacidad utilizada prácticamente no ha crecido en el último trimestre y se ubica en 77.2 por ciento, que se compara a la baja con el 81.1 por ciento promedio de las últimas tres décadas.

En el mismo mes de junio, las ventas minoristas -ajustadas estacionalmente- cayeron 1.1 por ciento respecto a mayo.

El consumo de bienes duraderos, con los que están asociadas muchas exportaciones de México, cayó 2.5 por ciento en el segundo trimestre. Esta es la caída más drástica desde el primer trimestre del 2002.

Las importaciones de productos todavía tienen un ritmo elevado y alcanzaron 9 por ciento, pero muestran signos claros de desaceleración, pues tienen la tasa más baja de los últimos tres trimestres.

Un indicador todavía más detallado nos dice que la compra de automóviles tuvo un efecto negativo de -0.33 por ciento del PIB en la dinámica económica norteamericana del segundo trimestre.

La adquisición de servicios así como la inversión en equipos fueron los factores que evitaron que la economía norteamericana frenara todavía más. Ayer se informó que en julio los pedidos de las fábricas aumentaron en 1.4 por ciento respecto a junio.

Sin embargo, a pesar de que se mantiene el buen desempeño fabril, los otros indicadores perfilan una desaceleración.

Uno de los factores que los expertos consideran fundamental para explicar esta baja es el de los altos precios de la energía.

De acuerdo con los datos del Departamento del Trabajo, el incremento de junio lleva a una tasa anualizada de 33.5 por ciento en los precios de los energéticos, que se compara con un 4.8 por ciento de inflación general, cuando se anualiza la cifra mensual.

Los consumidores han tenido que reasignar su gasto, destinando una menor cantidad de recursos a la adquisición de bienes duraderos.

El alza del costo del dinero decretada por la Reserva Federal todavía no está reflejada en el comportamiento del segundo trimestre, lo que hace temer que en el tercer trimestre las cosas se...

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