Coordenadas / La esquizofrenia de Petróleos Mexicanos

AutorEnrique Quintana

En pocos días conoceremos que en el segundo trimestre del año Pemex otra vez anduvo con números rojos.

Hace una semana, el 17 de julio pasado, Pemex y el sindicato petrolero anunciaron que habían llegado a un acuerdo en la negociación del contrato colectivo de trabajo sin tener que emplazar a huelga a la empresa, por primera vez desde hace 18 años.

Este hecho refleja la capacidad de negociación de Jesús Reyes Heroles. A diferencia de sus antecesores en el sexenio anterior, el actual director tiene oficio político.

La experiencia de Reyes Heroles y el hecho de que conozca bien al sindicato permitió que se concediera la posibilidad de mover a cerca de 20 mil personas que están sin materia de trabajo en la empresa y que estaban irremediablemente ociosos.

Claro, habrá que pagar una buena lana por hacer operativas esas transferencias.

Pero, la negociación -dirían los funcionarios de Pemex- implica dar y recibir, así que gratis no se podría haber conseguido este acuerdo que abona en una mayor flexibilidad laboral en Pemex.

Sin embargo, cuando en muy pocos días se vean los números de la empresa petrolera correspondientes al segundo trimestre se podrá observar que no hay mucho para festejar.

En la conferencia telefónica que Esteban Levín, el responsable de las finanzas de Pemex, tiene prevista para el próximo martes con analistas de México y el extranjero, seguramente habrá duros cuestionamientos respecto a la viabilidad de la empresa en el mediano plazo, así como al costo de la negociación de este contrato laboral.

Los datos del primer trimestre de este año dibujan una tendencia que es irreversible en el corto plazo: la caída de la producción y de las ventas.

La historia muchas veces contada de la declinación de Cantarell propició una reducción de 11 por ciento en el crudo pesado y aún con el incremento de 8.6 por ciento en la producción de los crudos ligeros fue inevitable una caída de 6 por ciento en la producción total.

Las exportaciones se vinieron abajo aún con más fuerza: la caída fue de 15 por ciento.

La historia se completa con una caída de 6 por ciento en las ventas, con un aumento de 9 por ciento en los gastos de operación y al final de cuentas, con la reducción del flujo operativo, lo que en el lenguaje financiero se denomina EBITDA.

Al contemplar esas cifras es que se entiende el gran interés de los funcionarios de Pemex por que se les incluya en la reforma fiscal.

La pretensión original de Hacienda era separar los dos procesos y...

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