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COORDENADAS / Claroscuros de la clase media

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Vincent
AutorEnrique Quintana

¿Pertenece usted a la clase media? Seguramente sí, o al menos así lo piensa.

La experiencia nos dice que un altísimo porcentaje de la población de un país como México se asume como parte de la clase media.

Quienes tienen ingresos bajos y tal vez estén en la mitad más pobre del País se consideran como parte de la clase media por razones aspiracionales y por el hecho de ver a muchos otros más pobres que ellos.

Pero, en el otro extremo, aun quienes están entre el 10 por ciento de la población con mayores ingresos pretenden ser de la clase media porque ven a otras familias y grupos mucho más adinerados que ellos.

El tema es que como no hay una definición universalmente aceptada de clase media, muchos quisieran caber allí.

Más allá de pretensiones y aspiraciones, el hecho es que la capilaridad social, es decir, la capacidad para ascender en niveles de escolaridad, ingresos, influencia, ha sufrido en México un estancamiento durante las últimas décadas.

Vuelva la vista a su alrededor y podrá constatar que un alto porcentaje de empresarios, directivos, políticos o académicos no formaban parte de la élite nacional una generación atrás.

Emergieron. Tuvieron educación, oportunidades de ingreso y disciplina.

Vea simplemente el caso de Carlos Slim, hoy el hombre más rico del mundo. Provenía de una familia de comerciantes medianos de la Ciudad de México y estudió en una universidad pública hace cerca de medio siglo.

Hay otros empresarios o políticos que tienen una herencia de dos o hasta tres generaciones, pero en realidad ya no son el común denominador.

Sin embargo, en contraste, se ha presentado un fuerte deterioro de la movilidad social de otros sectores en los últimos años.

En la década de los 60, la familia promedio en México era de 6 hijos. Todavía un 42 por ciento de la población era rural. El 70 por ciento de la población no tenía escolaridad o no había acabado la primaria.

Sin embargo, el crecimiento...

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