Cooperativa comunitaria logra detener migración

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 9 de febrero)SAN JUAN PARANGARICUTIRO, Mich., febrero 15 (EL UNIVERSAL).- Marcos Roque es originario de la comunidad indígena purépecha de Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán. Al igual que decenas de habitantes de esta localidad, él trabaja en la empresa forestal local Maderas de la Comunidad (Madëk), la cual es una cooperativa con manejo sustentable de los bosques.

Los participantes de esta empresa, además del cuidado ambiental que realizan se han preocupado por reinvertir sus utilidades e ir expandiendo el negocio por medio de un aserradero y una fábrica de muebles que beneficia a la comunidad y, sobre todo, ha frenado la migración a Estados Unidos de los habitantes de Nuevo San Juan Parangaricutiro.

Marcos, quien trabaja para la maderera Madëk desde 1985, asegura que este lugar no sólo lo ha beneficiado a él, sino que ha permitido un crecimiento económico en el poblado que incluso ha disminuido los índices de pobreza.

"Anteriormente, los bosques circundantes de Nuevo San Juan Parangaricutiro eran manejados por empresas privadas, las cuales no generaron un crecimiento económico para los residentes purépechas", recuerda Marcos Roque.

Ante esto, hubo una organización por parte de la comunidad indígena para un aprovechamiento forestal sustentable basado en una labor únicamente local, es decir, sólo los comuneros podrían trabajar las tierras y así crearon Madëk, en 1982, mediante el otorgamiento de derechos de propiedad a los miembros de la comunidad por parte del estado.

A partir de este logro, empezó la labor de extracción y venta de madera de los bosques locales. El resultado fue exitoso, al grado que para 1983 la comunidad pudo adquirir un aserradero industrial, lo que permitió a los comuneros manejar madera a mayor escala y posteriormente hacerse de la fábrica.

La comunidad indígena está conformada por 7 mil 500 comuneros, lo que representa la mitad de la población de Nuevo San Juan Parangaricutiro en la actualidad. El resto lo constituyen ejidos y propiedad privada. Del total de esta población 35% trabaja en la explotación forestal y transporte de la misma, extracción de resinas, silvicultura, cultivo de frutas y administración del agua.

En 1991, los derechos de tierra fueron reconocidos a nivel nacional, dando de manera legal 18 mil 138 hectáreas de tierra para los comuneros, esto representa dos tercios de todo el territorio municipal. De estas 18 mil hectáreas, 11 mil son...

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