Convocan a miles, pero ven muy pocos

AutorCon información de Óscar del Valle, Rafael Cabrera, Adrián Basilio, Jocelin Flores y Manuel Durán

REFORMA/Staff

El Festival Olímpico Bicentenario atrajo a miles de personas a Paseo de la Reforma; sin embargo, dejó a muchos con ganas de ver a las estrellas del deporte como Paola Espinosa, Lorena Ochoa, María del Rosario Espinoza y Ana Guevara, pero principalmente al medallista olímpico Michael Phelps.

Y es que la falta de información sobre los horarios de los eventos y el estricto dispositivo de seguridad provocaron que muchos se desesperaran y se fueran sin ver las demostraciones.

Además, la altura de las paredes de la fosa de clavados y la alberca provocó que la mayoría sólo pudieran ver gotas de agua y la parte externa de los brazos de los nadadores.

"¿Cómo es posible que no pensaran en eso? Se tomaron la molestia de hacer todo este relajo e instalación, pero al final no se ve nada.

"Nada más vimos de lejos a Phelps echarse el clavado a la dizque alberca y de ahí pura salpicada, nadie vio nada. Tuvimos que ir rápido a la pantalla para poder medio ver", criticó José Vivanco, padre de familia.

Lo mismo ocurrió con la fosa de clavados que mide más de ocho metros de altura, en la que sólo se pudo observar a los clavadistas lanzarse.

Los periscopios que vendieron los ambulantes salvaron la jornada para algunos.

Hechos de cartón y un juego de espejos, y comunes en los desfiles, los periscopios ayudaron a ver algo de las hazañas acuáticas.

La gente recurrió a ellos para seguir las actividades del multimedallista olímpico estadounidense, Michael Phelps, debido a que la alberca donde nadó se eleva a casi tres metros del ras de piso. A eso se sumaron las vallas metálicas y personal de seguridad que también restaba visión.

"De 15, a 15 pesitos pa' ver al Phelps", era ofrecido el periscopio por decenas de ambulantes.

No sólo sirvieron para observar al tritón. También para apreciar las ejecuciones de los clavadistas comandados por Espinosa, pues dos carpas VIP obstaculizaron la visibilidad en la fosa de clavados de cuatro metros de alto.

Pero no todos lograron apreciar la presentación de Phelps.

Fernando y Giovanni, dos estudiantes...

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