DE CONVICCIÓN LIBERAL / Reordenamiento geo-político

AutorRoberto Newell

Los ataques terroristas en París y en San Bernardino han puesto en relieve el conflicto entre los grupos islamistas radicales y las sociedades liberales de Europa y el continente Americano. Aunque lo ideal sería encontrar una fórmula que dejara a México totalmente al margen del conflicto, lo cierto es que no hay manera de evitar tomar partido en este conflicto. La tradición cultural de México y nuestra vecindad geográfica con EU nos condena a tener que asumir un rol, ojalá bien definido y pensado, como aliado de las sociedades liberales.

La desintegración del Imperio Otomano marcó el inicio de un periodo largo durante el cual ninguna sociedad islámica tuvo la fuerza ni los recursos para controlar Medio-Oriente, y menos para asumir un papel como arbitro del conflicto entre Sunis y Chiitas.

El eclipse del imperio Otomán costó caro a las sociedades musulmanes que lo componían. Francia y Reino Unido crearon un mosaico de "países" cuyas fronteras fueron definidas para satisfacer los intereses económicos y políticos de los vencedores de la Primera Guerra Mundial. Estas fronteras poco o nada tenían que ver con los antecedentes étnicos, económicos, religiosos y culturales de las diversas regiones que habían gobernado los otomanes por la fuerza.

La división del viejo imperio Otomán llevó al establecimiento de varios países con poblaciones multi-étnicas (v.gr. Líbano, Siria, Iraq) que no contaban con las instituciones requeridas para establecer gobiernos plurales, y mucho menos, representativos. En su lugar, los aliados impusieron un puñado de monarquías. La intención de los aliados era relativamente inocente. Pretendían que bajo su tutela estas monarquías se condujeran como sus aliados incondicionales, adoptando regímenes políticos parecidos a los que habian gobernado a Europa anteriormente. La fórmula que impusieron nunca funcionó como querian los aliados, pero sobrevivió mientras tuvieron los recursos para imponer su voluntad.

La Segunda Guerra Mundial acabó con cualquier posibilidad de que el modelo siguiera funcionando, puesto que Francia y Reino Unido estaban muy débiles después de la Guerra, y porque Estados Unidos quería eliminar cualquier vestigio remanente del modelo colonial tradicional de los europeos, además de que respaldaba el establecimiento de un país para los Judíos en Medio Oriente.

El resultado fue que al cabo de poco tiempo, la mayoría de los países de la región eran gobernados por militares que buscaron legitimarse imponiendo...

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