DE CONVICCIÓN LIBERAL / Política de identidad

AutorRoberto Newell

Una de las amenazas más graves para las sociedades liberales modernas es la fragmentación de la población en grupos de interés cuya primera filiación es con un subconjunto social específico. Cuando en un país proliferan grupos de personas que profesan ser, primero, feministas, gays, hombres blancos, católicos o lo que sea, y solo secundariamente ciudadanos del país en que viven, están presentes condiciones que pueden conducir a la desintegración de la sociedad. La política de identidad, que es como se conoce este fenómeno, es un caldo de cultivo para la desintegración de los países.

Hay muchos ejemplos de países que se han desmembrado porque no encontraron fórmulas para contener y canalizar las fuerzas centrífugas que derivan de la diversidad. Históricamente, una de las causas de desintegración más comunes ha sido la búsqueda por grupos religiosos minoritarios de autonomía suficiente para poder observar sus creencias y preservar su identidad cultural y religiosa.

Un ejemplo icónico de lo anterior son las colonias británicas en el continente americano, las cuales fueron fundadas por grupos religiosos que buscaban crear espacios donde pudieran profesar sus creencias libremente. La tolerancia de la corona británica hacia las comunidades religiosas establecidas en el nuevo continente funcionó adecuadamente durante un siglo, pero cuando el gobierno inglés quiso restablecer su autoridad central cobrando aranceles a sus súbditos coloniales, el resultado fue una rebelión armada que culminó con la independencia de las colonias americanas. Jorge III descubrió demasiado tarde que los colonos americanos ya no se sentían súbditos de la corona británica, sino que su identidad era como miembros de las comunidades que habían establecido en el nuevo continente.

La política de identidad acaba de asestar otro duro golpe al gobierno británico; parecería que los políticos de esa nación todavía no entienden las lecciones de su propia historia.

El voto del Brexit reveló que la identidad británica ya no aglomera y cohesiona a los habitantes de Reino Unido, como antes. Las poblaciones de dos de las cuatro nacionalidades que conforman a Reino Unido -ingleses y galeses- votaron en favor de salir de la Unión Europea. Pero los habitantes de Escocia e Irlanda del Norte expresaron que querían seguir siendo parte de Europa. El voto del Brexit reveló que Reino Unido está fracturado; en su lugar, reaparecieron las cuatro identidades nacionales tradicionales.

Todo apunta a...

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