DE CONVICCIÓN LIBERAL / Empresas excepcionales

AutorRoberto Newell

Uno de los atributos más importantes de las economías de mercado es la presencia de instituciones económicas icónicas en roles de liderazgo en sus respectivos sectores.

Sin embargo, la destrucción creativa que fomenta la innovación económica y tecnológica es tan intensa que muy pocas de esas empresas logran sobrevivir plazos largos y todavía menos de ellas logran mantenerse en lugares destacados en sus respectivos sectores.

En 2011, la permanencia promedio de una empresa cotizada en el índice S&P 500 de la bolsa de valores de Nueva York ya era relativamente corta (menos de 18 años, contra más de 70 en la década de los 50) y la tenencia promedio en la lista de S&P se está haciendo más corta.

Con base en la evidencia empírica disponible, Richard Foster (AEI, 2011) pronosticó que para 2027 alrededor del 75 por ciento de las empresas del índice habrían sido reemplazadas por otras empresas.

El proceso de destrucción creativa sacará del índice a la mayor parte de las empresas que actualmente aparecen en el índice; sus lugares serán ocupados por empresas nuevas que ofrecen productos que en muchos casos ni nos imaginamos.

Pero, ¿cómo se explica que en un entorno económico tan volátil y cambiante alrededor de una cuarta parte de las empresas líderes de 2011, todavía sean líderes en 2027? ¿Qué atributos tienen esas empresas que les servirá para seguir siendo líderes en un entorno económico y tecnológico tan diferente del que existía cuando primero florecieron?

En mi opinión, las empresas que sobrevivan en el entorno actual probablemente poseerán dos atributos que las diferenciarán del resto. Primero, es altamente probable que cuenten con un Gobierno corporativo excepcionalmente perspicaz, involucrado y audaz.

Señalo a los Consejos de las empresas porque les corresponde a ellos las cinco decisiones que más profundamente afectan la permanencia de largo plazo de las empresas. Estas son: primero, aprobar y perfeccionar las estrategias comerciales de los entes que gobiernan; segundo, aprobar los proyectos de inversión y los planes de negocio relacionados con las apuestas económicas clave que hacen las empresas; tercero, aprobar la adquisición de financiamientos para renovar los activos de largo plazo, o en su defecto, aprobar el pago de dividendos a los accionistas; cuarto, aprobar fusiones y adquisiciones estratégicas y, en su caso, la venta de activos que no caben en el portafolio de la empresa, y por último, asegurar que la empresa es capaz de atraer y...

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