DE CONVICCIÓN LIBERAL / Consecuencias políticas de la corrupción

AutorRoberto Newell

Cuando un régimen se aproxima a su final, frecuentemente sus líderes políticos asumen conductas contrarias al propósito de extender la vida del sistema. Varios ejemplos ilustran este fenómeno.

El ascenso de Hugo Chávez al poder en Venezuela es un caso emblemático.

La legitimidad del régimen democrático venezolano fue minada por un largo periodo de alternancia en el Gobierno de dos partidos políticos (COPEI de centro-derecho y AD de centro-izquierda).

Durante ese periodo, los partidos políticos olvidaron la razón ser de gobernar; disputaban el poder, no para proponer mejores políticas públicas y gobernantes, sino para dispersar recursos públicos entre sus partidarios y grupos afines.

Los partidos perdieron el respaldo popular porque cuando estuvieron en el poder, sus líderes consintieron y participaron en actos de corrupción y porque esa conducta vino acompañada por un manejo caótico e irresponsable de la economía, sobre todo durante el periodo "saudita" de los setenta, cuando los precios de petróleo permitieron financiar un gasto público desbordado.

El estado venezolano entró en crisis después del caracazo de 1989.

Esa revuelta estaba motivada por el hartazgo de la población con la corrupción y con la crisis económica del país que había motivado la caída del precio del petróleo.

El Gobierno de Carlos Andrés Pérez (AD) no reconoció que la revuelta era una llamada urgente para que se erradicara la corrupción y reformaran las instituciones públicas que favorecían su existencia.

En vez, Pérez dio prelación al manejo de la crisis económica que sufría el país, instrumentando un proceso de modernización basado en la desregulación, descentralización y privatización de la economía.

Después de la borrachera económica del periodo "saudita" esas reformas eran imprescindibles, pero al desatender el reclamo popular de combatir la corrupción y reforma el Estado, su gobierno perdió el respaldo popular que requería para sobrevivir.

El error de cálculo político de Pérez legitimó el golpe de estado fallido que intentó Chávez en 1993 y motivó a Caldera a retirarse del COPEI con el fin de fundar un nuevo partido político para competir por la Presidencia.

En 1995, Caldera, ya como Presidente, indultó a Chávez y restableció sus derechos políticos. Poco después, el demagogo venezolano llegó al poder destrozando con su elección lo poco que quedaba de las instituciones políticas tradicionales de Venezuela.

La muerte del régimen político venezolano se debió a la baja...

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