DE CONVICCIÓN LIBERAL / Buen uso de una fortuna
| Autor | Roberto Newell |
Bajita la mano, una fortuna de mil millones de dólares debe generar un rendimiento anual neto de unos 50 millones de dólares.
Esto es muchísimo más dinero de lo que una familia normal necesita para vivir toda una vida, inclusive dándose todos los lujos imaginables: yates, escuelas privadas, autos lujosos, casas en Aspen y en la playa, etc.
Por ello, cuando un empresario acumula una fortuna de ese tamaño, normalmente organiza su herencia para que sus descendientes puedan seguir viviendo con todas esas comodidades, pero deja la mayor parte de su fortuna para financiar un proyecto filantrópico que genere bienestar para la población.
La gran mayoría de los híper-ricos sabe que poseer una gran fortuna implica asumir una gran responsabilidad. Pero el reto de organizar las cosas para que los recursos se manejen con excelencia después de la muerte del empresario creador de la gran fortuna no es fácil de resolver.
Es mucho más fácil dilapidar una gran fortuna que administrarla para que rinda el mayor bienestar social posible.
Por ello, la mayoría de los híper-ricos se adelantan al hecho inevitable de su muerte, donando la mayor parte de su fortuna a instituciones que tengan un historial de buen manejo de los recursos bajo su custodia.
Otros e encargan sus fortunas a administradores profesionales a quienes corresponde la tarea de administrar los recursos disponibles en forma óptima, para cumplir las instrucciones del donante.
Pero este tipo de solución no satisface a la mayoría de los magnates, puesto que no confían en la pericia o moralidad de las personas que podrían administrar sus fortunas.
Es probable que esa haya sido lo que motivó a Warren Buffett a confiar el manejo de su enorme fortuna a la fundación de Bill Gates. Con su decisión, Buffett implícitamente reconoció que el magnate de Microsoft había organizado las cosas mejor de lo que él podía hacerlo.
En la lista de multimillonarios (más de mil millones de dólares) de Forbes, aparecen 16 mexicanos. Según la revista, radica en México menos del 1 por ciento de la población mundial de multimillonarios.
Creo que Forbes probablemente subestimó el número de mexicanos que debería de aparecer en su publicación, pero aunque solo fueran 16, todas estas personas tendrán que resolver qué hacer con sus legados.
Afortunadamente, en México, hay varios ejemplos dignos de copiar:
-En el campo de la educación superior, hay varios ejemplos de familias que han sido benefactoras de instituciones académicas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba