Contrapuntos / ¿Sobrevivirá el PRI?

AutorHéctor Zagal y Víctor Hugo Martínez González

Partido bisagra

Héctor Zagal

El PRI no ha muerto. Los mexicanos no hemos aprendido la lección: ¡el Congreso! El tricolor es la tercera fuerza política. El próximo Presidente deberá contar con él si pretende sacar adelante proyectos importantes. Las diferencias entre el PRD y el PAN se antojan insalvables, difícilmente se pondrán de acuerdo en temas fiscales o energéticos. Si el Presidente electo quiere acción necesitará de los priistas. Y como nada en la vida es gratis, habrá que ver qué le piden a cambio. El PRI se ha convertido en un poderoso partido bisagra: su bancada abrirá y cerrará las puertas de la gobernabilidad.

Esto no significa que el PRI haya salido incólume de las elecciones. El otrora partido oficial es un animal gravemente herido. Es una bestia de cuatro patas: el movimiento territorial y los tres sectores, campesino, popular y obrero. El corporativismo se concentraba en estas tres extremidades. Pero las tres sangran profusamente, están llagadas, purulentas. El corporativismo tricolor ha perdido eficacia. El proceso infeccioso no comenzó el pasado 2 de julio; la crisis arranca desde la época de De la Madrid, cuando el sector obrero no aportó el "voto duro" a Salinas de Gortari. La subsiguiente fragmentación del sindicalismo tampoco ha beneficiado al PRI.

La transformación del campo ha debilitado al sector campesino. Las elecciones se juegan en los municipios densamente poblados. El animal también renguea de esta pata. ¿Y el sector popular? Se trata de un cajón de sastre donde el PRI metía a quienes no cabían en los otros dos: comerciantes, abogados, burócratas... El problema con este sector es que su energía provenía de transportistas, "tianguistas", colonos (por no decir "paracaidistas"), es decir, de organizaciones urbanas. El PRD aprendió a controlarlas. Los hijos del sol azteca, vástagos del PRI, reprodujeron tales mecanismos sociales y los dominan a la perfección. En el DF, el sector popular del PRI sencillamente no existe. Estas organizaciones pertenecen al perredismo y prácticamente lo hacen invencible en la Capital.

¡Ay del dinosaurio tricolor con tres patas heridas! Para colmo, este animal come mucho. Y los pastizales más verdes, donde antaño saciaba su hambre, crecen en Los Pinos. Este sexenio, el animal se alimentó de sus reservas y de los pastos de estados como Oaxaca y Veracruz. Para sobrevivir, tendrá que adaptarse a la estrechez. Habrá de prescindir de lo superfluo, del aparato excesivo, de sus muchos...

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