Contrapuntos / Guerra sucia: ¿El perdón a militares?

AutorRoberto Borja y Álvaro Vallarta Ceceña

Roberto Borja

El nuevo Estado democrático no puede transigir, para empezar, con el propio concepto de la guerra sucia. No podemos olvidar esa guerra, para condenarla y, efectivamente, dejarla atrás.

El autor es académico de la UNAM y miembro del Consejo Ciudadano de Apoyo a la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado.

El perdón debe traer la paz y la justicia para todos, cuando se tenga claro qué y a quién se perdona; cuando comparezcan en los tribunales los verdugos, los criminales y los que les encomendaron esas tareas. Pero también, cuando los tribunales tengan las condiciones para alcanzar la altura de su misión de justicia y los acusadores logren despojarse del espíritu de la venganza ciega. Sólo entonces podrá la sociedad tener confianza en la justicia, elemento básico para adquirir la grandeza de espíritu que le permita otorgar el perdón que la ennoblezca y haga imposible volver a vivir lo que se condena y se perdona.

Será entonces cuando los muertos podrán convertir en fruto su sangre derramada y la sociedad recibir con humildad su bendición para mantenerlos en una memoria viva que a todos engrandezca.

En síntesis, el perdón debe otorgarse, con generosidad, para asegurar a todos el derecho, la libertad y la convivencia civilizada con dignidad y respeto. En caso contrario, es mejor seguir luchando antes que regresar al viejo régimen, caracterizado por el abuso de autoridad y la violación a las normas de la vida humana, capaz incluso de declarar a los ciudadanos una guerra sucia a discreción.

Por supuesto que a todo esto no se refería el General Secretario Clemente Vega cuando llamó a la conciliación. Porque en México no se vive un proceso de justicia que ennoblezca a la sociedad y al Estado. Por el contrario, en México se vive una transición a la deriva, que ha hecho de la arena política un pleito prácticamente cantinero, en medio del cual la justicia apenas y se pretende impartir por medio de un fiscal valiente, acosado y amenazado.

En tal contexto, las declaraciones del General Secretario han sido interpretadas por muchos como una advertencia para detener el proceso de la fiscalía. La sucesión adelantada y la incapacidad política para orientar la transición han abierto múltiples frentes al gobierno y en el horizonte sólo se ven mayores divisiones. Por eso, se dice, hay que hacerle caso al General y olvidarnos del pasado.

Mas no se trata sólo del pasado. Es hoy, aquí y ahora, en donde se juega la suerte de la transición de México a un régimen más justo y democrático. De hecho, se trata de un juicio, como lo ha...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR