CONTRACORRIENTE / La elección francesa y el futuro de Europa

AutorFarid Kahhat

En el supuesto probable de que François Hollande derrote a Nicolas Sarkozy en la elección por la presidencia de Francia, el debate sotto voce en torno a la pertinencia de las políticas de austeridad en la eurozona cobrará carta de ciudadanía. Se trata de un debate en curso en el ámbito de la economía. De un lado, los partidarios de la austeridad se remiten a dos estudios en coautoría de Alberto Alesina. Según éste, en el pasado las políticas de austeridad fiscal basadas en la reducción del gasto tendieron a producir crecimiento en países ricos, incluso en el corto plazo. Pero luego un estudio aparecido en el "World Economic Outlook" del FMI para 2010 cuestiona el criterio empleado en el segundo de esos estudios (en coautoría con Silvia Ardagna), para definir la austeridad fiscal. Empleando una metodología que consideran más pertinente, los autores del estudio del FMI encuentran que la relación entre austeridad fiscal y crecimiento económico es más bien inversa (es decir, a mayor austeridad menor crecimiento).

La razón que esgrime Alesina para explicar la presunta relación positiva entre austeridad y crecimiento es el efecto que una reducción sostenida del déficit fiscal tendría sobre las expectativas de los agentes privados: la señal que ésta envía es que el nivel de endeudamiento público estará dentro de límites manejables en el futuro, y por ende el Estado no necesitará elevar los impuestos para financiarlo. En ese contexto, los agentes privados dedicarían una proporción mayor de sus ingresos al consumo y la inversión.

Pero si, por el contrario, la austeridad fiscal en un contexto de recesión produce una contracción aún mayor de la economía, sería más bien el prescindir de esas políticas lo que enviaría una señal positiva a los agentes privados. Sobre todo a quienes pudieran estar interesados en invertir en bonos del tesoro, según un reciente estudio de Bradford De Long y Lawrence Summers (este último fue Secretario del Tesoro durante la Administración Clinton y hasta 2010, jefe del equipo de asesores económicos de Obama).

Lo esencial de este debate tuvo lugar hasta mediados de 2010, es decir, el momento a partir del cual la mayoría de países de la Unión Europea (incluyendo países que no pertenecen a la eurozona, como Gran Bretaña), adoptaron la parte más onerosa de sus programas de austeridad. Y la evidencia acumulada desde entonces (tanto anecdótica como empírica), indica que esos programas han tenido un efecto recesivo. En el ámbito de...

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