¿Continuidad o modificación de la política económica-fiscal del nuevo gobierno federal?
| Autor | Fernando Ramiro Vega Vargas |
| Cargo | Licenciado en Derecho Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) |
| Páginas | 28-35 |
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"Es mucho lo que se puede mejorar, tras establecer orden y disciplina en los ciudadanos mexicanos, tanto a los que ejercen el gobierno, como a quienes somos gobernados, importa tanto la obtención de los ingresos fiscales, como el destino del gasto público".
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En el actual momento de transición con motivo del cambio del titular del Poder Ejecutivo Federal, estoy seguro que muchas personas nos preguntamos cuál será el destino de la política económica-fiscal del gobierno federal en turno, lo cual nos puede llevar a la preocupación sensata de que el presidente electo por nuestro país, adopte las sugerencias, recomendaciones, o instrucciones del gobierno saliente administrado por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, ya sea para dar continuidad a los proyectos y tendencias fiscales en que se sustentó el gobierno saliente, o bien, para concluir los temas que quedaron pendientes, si es el caso de que exista la intención de proponer una renovación parcial o sustancial en la política económica-fiscal que ejercerá el presidente electo Enrique Peña Nieto.
Existe entonces la posibilidad de que sea una continuación o en su caso, se prefiera una renovación en materia fiscal; es en este momento una incertidumbre, debido al cambio natural que se produce entre gobernantes de distintas fuerzas políticas, según su afiliación a los partidos políticos a los que pertenece el presidente saliente y el electo, además, como todos sabemos, este último pertenece a un partido político que recupera la titularidad del gobierno federal, después de doce años de alternancia en el poder federal del Partido Acción Nacional (PAN), que en función de las elecciones recientes, no mere-ció la aprobación de la población mexicana en condiciones de votar, y se prefirió dar oportunidad al regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aún con los temores vinculados a las terribles experiencias sufridas por nuestro país en sexenios anteriores, por las acciones y decisiones del llamado viejo PRI.
Lo cierto es que los ciudadanos mexicanos demostramos en las urnas que la política económica, particularmente la fiscal, no satis-
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fizo las expectativas y deseos de la población mexicana en aras de tener un desarrollo económico que permitiera mejores condiciones de vida de los mexicanos y sus familias, cuando en los hechos cotidianos se advierte que las cifras oficiales referidas por el Presidente Calderón, no guardan relación inmediata con la verdadera situación económica de la mayoría de los mexicanos, que en este último sexenio enfrentamos aumentos de las tasas impositivas y la creación de nuevos impuestos, por decisión del titular del gobierno federal, quien también echó mano del incremento permanente de los energéticos, gasolinas, diesel, gas y luz, principalmente, los cuales se produjeron de manera permanente y/o continuada, es decir, hasta la fecha y en los meses siguientes seguirán los incrementos y tal vez se mantengan hasta que el entrante titular del Poder Ejecutivo Federal, decida suspenderlos, lo que también es una incógnita en este momento.
Pero lo que debemos destacar es que, entre nuevos impuestos, aumentos de tasas impositivas e incrementos del precio de los energéticos, la población de nuestro país sufrió el efecto natural del encarecimiento de la vida cotidiana, sirva de ejemplo el solo caso del aumento mensual de las gasolinas cuya incidencia en el proceso de la distribución de los bienes de consumo, suele impactar en el costo de dichos bienes, y así baste comparar lo que costaban los productos como la ropa, el calzado, los alimentos, etcétera, cuando inició el sexenio de Calderón y los precios que tienen ahora los mismos bienes al cierre de este sexenio y se podrá constatar que los precios son superiores al 300% del precio que tuvieron hace seis años, sin perder de vista que los duplos porcentuales pueden ser mucho mayores a este porcentaje, dependiendo del tipo de producto o mercancía que se tuviese que comparar, y todo ello refleja el alto aumento del costo de la vida como consecuencia ineludible de la política económica adoptada por el gobierno próximo a salir, mientras que los mexicanos no obtuvimos un crecimiento en nuestros ingresos ni mucho menos, en proporciones similares al aumento de precios de los bienes de consumo.
Desde luego que el Presidente Calderón reiteradamente expresa en sus discursos signos de triunfalismo, entre otras cosas, porque enarbola que los números que "deja" son exitosos, manifiesta que la recaudación fiscal federal ha alcanzado récords nunca antes vistos y que las cifras de las reservas económicas tienen también niveles sin precedentes de los gobiernos anteriores, y que ello sienta las bases para que nuestro país inicie tiempos de prosperidad y desarrollo.
Pero, a pesar de tales discursos, no podemos desconocer que para la población en general, esos supuestos números no se reflejan en la vida cotidiana, dadas las carencias de oportunidades y la evidencia de ingresos insuficientes para enfrentar el costo de la vida, sin olvidar que existen muchos temas de importancia nacional que se heredan al gobierno entrante, con riesgos...
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