Los Contemporáneos

AutorVíctor Manuel

Una segunda respuesta a la pregunta de por qué los contemporáneos, no obstante su originalidad, no alcanzaron y siguen sin alcanzar "la facultad internacional" a la que aludía López Velarde, también la podemos encontrar en Jorge Cuesta. Este, en su ensayo El clasicismo mexicano, decía: "La originalidad americana de la poesía en México no debe buscarse en otra cosa que en su inclinación clásica, es decir, en su preferencia de las normas universales sobre las normas particulares". Esta observación, válida para los poemas más perfectos de nuestra poesía, abarca en especial a los Contemporáneos. En la obra de este grupo encontramos las fuentes y las contradicciones de la poesía de Occidente, esto es, la memoria de las figuras clásicas, la importancia de la conciencia crítica y el espíritu de cambio elaborado desde el romanticismo hasta las vanguardias. En este sentido, la poesía de los Contemporáneos es, como decía Jorge Cuesta de toda la poesía americana, una poesía europea. La mexicanidad de su escritura proviene de la manera singular como ellos adoptaron la poesía de su tiempo y la poesía de todos los tiempos. Su búsqueda de lo original y de lo mexicano es una búsqueda de la literatura actual y también de la literatura de antes. Les interesa Pound, pero también comprenden a Sor Juana Inés de la Cruz o a Góngora.

Los Contemporáneos se alimentan de lo que está aquí (abordaje crítico del romanticismo mexicano, asimilación selectiva del modernismo hispanoamericano, diálogo con los poetas hispanos de su época, comprensión de la originalidad del barroco mexicano), pero se apropian de lo que esta allá (de la poesía francesa, de Gide, de Cocteau, de Valéry, y de la poesía de habla inglesa, de Eliot) o mucho más allá (a través de Tablada, de la poesía japonesa, de la brevedad del hai ku). No tienen miedo a dejar de ser lo que son por experimentar otras formas. Todos sus actos, como escritores, están guiados por esa actitud extrovertida; por esa actividad, en términos literarios, antimisántropa; por esa reserva, ciertamente en soledad, pero en una soledad abierta y plena de voces. Su imaginación es cosmopolita, pero no tanto -aunque Pellicer echara mano de ese recurso-, por que ejerzan un turismo literario con los viajes y los escenarios correspondientes a París, Nueva York, Grecia o Alejandría; son cosmopolitas porque indagan poéticas lejanas para aproximarlas a su mundo. Son caminantes "epistemológicos", más que viajeros prácticos; entienden de...

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