Bush contempla cuotas y aranceles para frenar la importación de acero

AutorNeil King Jr.

Redactor de The WALL STREET JOURNAL

WASHINGTON- El plan de rescate del presidente George W. Bush para la industria siderúrgica estadounidense será una combinación de cuotas y aranceles concebidos para trazar un camino intermedio entre los intereses feudales de los que producen acero y aquellos que lo usan, de acuerdo con funcionarios de la Casa Blanca.

Los principales asesores económicos del Presidente trabajaron durante el fin de semana para preparar una serie de opciones que serán presentadas al mandatario hoy por la mañana.

Bush tiene que pronunciarse sobre el asunto el miércoles, su fecha límite, en lo que podría ser una de las decisiones económicas más difíciles del año: si imponer aranceles de hasta un 40% al acero importado, en una apuesta por mejorar la suerte de la industria estadounidense.

Aunque muchos detalles están aún en el aire, varios funcionarios del gobierno dicen que el remedio que se estudia no garantizará una victoria clara ni para las grandes acerías de EE.UU., ni para los que se oponen a los severos aranceles.

"Este es un caso donde es probable que todos terminen decepcionados", dijo un funcionario involucrado en el diseño del plan.

Sin embargo, nadie en el gobierno está considerando que los elevados y, generalmente aplicados, aranceles que la industria del acero estadounidense sostiene son necesarios para su supervivencia.

En lugar de eso, ciertos funcionarios sugieren que podrían imponerse aranceles de entre un 20% y un 30% a varias importaciones clave, como el acero enrollado.

Este tipo de acero es la principal línea de producto de hornos de fundición en territorios de la antigua Unión Soviética y partes de Asia y América Latina.

Productos más sofisticados, incluyendo una amplia variedad de partes especializadas hechas de acero, serán sujetos a cuotas o a una mezcla de cuotas y aranceles. Y lo que es seguro es que muchos productos queden eximidos de cualquier barrera de importación, dicen los funcionarios.

Miembros del gobierno de Bush ponen énfasis, sin embargo, en que todo está sujeto a cambio, ya que el debate para determinar qué remedio imponer sobre una amplia variedad de líneas de productos continúa.

Lo que es claro es que la propuesta que va camino al escritorio del presidente tendrá énfasis en soluciones producto por producto.

Esta precisión, de acuerdo con los funcionarios, está dirigida a minimizar un daño innecesario en otros sectores de la economía estadounidense y busca atenuar las reacciones...

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