Contaminan tóxicos arroyo, río y laguna

AutorGuillermina Trejo

Los jugos tóxicos que escurren de un tiradero de basura clausurado en Izcalli fluyen 19 kilómetros por dos cauces hasta desembocar en una laguna.

Ahí, una mojarra que será pescada nada en las mismas aguas que, más tarde, regarán 3 mil hectáreas de cultivo.

Esos lixiviados -sustancias altamente tóxicas- dejan en su trayecto una estela de contaminación al suelo, aire y agua del arroyo San Agustín, del Río Cuautitlán y llegan a la laguna de Zumpango, sin que ninguna autoridad haya puesto un freno al problema generado por el mal manejo del tiradero de San José Huilango.

Para dar un ejemplo, señaló David Oviedo, maestro en Gestión Ambiental por el IPN, 10 mililitros de lixiviados contaminan mil 500 litros de agua por segundo.

El tiradero municipal tuvo un tiempo de vida de 36 años, recibía 650 toneladas de basura diarias y fue clausurado en el 2009 por la Profepa, tras caducar; fue reactivado en 2011 y recibió desechos clandestinamente, por lo que la Alcaldía de Izcalli recibió una multa de 2.6 millones de pesos y la orden de volverlo a cerrar.

Y aunque el Plan de Desarrollo Urbano establece que es necesaria una red para recolectar los lixiviados, esto no se ha hecho.

En un recorrido por todo el trayecto que siguen los lixiviados hasta Zumpango, REFORMA constató que corren al aire libre, y llegan a la laguna de la que dependen 3 mil hectáreas de cultivo. Pese a diluirse en miles de litros de agua, aclaran dos expertos, contaminan el agua, pues no son tratados.

"El lixiviado puede quemar, es corrosivo, explosivo, biológico-infeccioso, tóxico; puede tener corrosivos, sosas cáusticas, pueden ser solventes, ácidos, radiactivos, estamos hablando de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR