Contaminaci¢n, tabaco, embuste

En el a¤o 2000, la OMS (Organizaci¢n Mundial de la Salud) hizo, urbi et orbi, un anuncio que estim¢ catastr¢fico: en ese a¤o 4 millones de personas morir¡an a causa del tabaco.

¨Algo peor que la peste negra (peste bub¢nica) que en la Edad Media aniquil¢ a m s de la mitad de la poblaci¢n de Europa?

Bueno, no tanto. Algo serio, sin duda; pero visto con calma nada escalofriante. Cuatro millones de seres en una poblaci¢n mundial estimada en 6 mil millones, viene a resultar mucho menos de un medio por ciento. Muy por debajo, pues, de los vol£menes de mortalidad a causa de viejos padecimientos espec¡ficos: los males cardiovasculares, por ejemplo.

Todav¡a m s, examinando a fondo la estad¡stica "terror¡fica" se cae de inmediato en la cuenta de que est configurada del modo m s amarillista posible (infortunadamente nada raro en organismos de la ONU, donde los intereses pol¡ticos de m s de una naci¢n poderosa privan sobre la ciencia incluso).

En efecto, no hay en el anuncio se¤alado el menor rigor cient¡fico. En todo caso de muerte de un ser humano, igual si se produjo por causa natural que por medios violentos, es preciso extender un certificado de defunci¢n en el que el m‚dico del enfermo o el forense indiquen y prueben la causa del fallecimiento: trombosis, septicemia, lesiones punzocortantes, contusiones graves, en fin.

La OMS, sin embargo, nada aclara al respecto. ¨Estos 4 millones de muertes por tabaquismo en qu‚ clase o tipo de individuos se dieron? Nada dice de su h bitat, de su dieta, de su edad, de su oficio, etc‚tera. ¨Es lo mismo un pastor que un minero carbon¡fero? ¨Alguien con una dieta abundante en grasas y en az£cares, que uno que reduce la carne roja y prefiere los vegetales y las frutas? ¨Es igual quien sistem ticamente se aplica al ejercicio f¡sico que el de vida absolutamente sedentaria? ¨Igual el que vive en el campo que el que mora en una urbe populosa?

Es evidente entonces la torpeza de la configuraci¢n de una estad¡stica que, m s que alerta, prevenci¢n, parece amenaza y como tal puede aplicarse. Entre el 2001 y el 2002, un grupo numeros¡simo de personas cuyo oficio se daba en la navegaci¢n comercial area (pilotos, sobrecargos y as¡) entabl¢ una demanda de much¡simos millones de d¢lares contra la Philip Morris, la m s grande empresa tabaquera del mundo, por da¤os causados a su organismo en la inhalaci¢n directa o indirecta del humo de cigarrillos por ella fabricados. Un juez de Florida fall¢ en favor de los "da¤ados". La empresa...

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