Los contadores que contaron demasiado

AutorKen Brown y Jonathan Weil

Redactores de The Wall Street Journal

La portada del "informe de lo más destacado" de Arthur Andersen LLP en 2000 dice mucho sobre cómo ha evolucionado el gigante contable.

Muestra al socio Alberto Pelizzaro en una chaqueta de cuero negro y un corte de pelo a la moda a un lado de una Ducati roja. Pelizzaro había ayudado al fabricante italiano de motocicletas a diseñar una nueva página Web, no había auditado sus libros.

En ninguna parte del vistoso informe hay una imagen de un contador que esté pasando revista a las cifras de la empresa. Hay escasas referencias a auditorías o a estados financieros limpios.

Andersen se dio cuenta hace tiempo que nadie iba a enriquecerse sólo haciendo auditorías. Así es que para que los socios participaran de los cientos de miles de dólares de ganancias de la firma cada año la compañía tendría que impulsar su lucrativo negocio de consultoría.

Ese afán por buscar ingresos es como Andersen perdió de vista su obligación por revisar en forma crítica las prácticas contables de sus clientes, dicen algunos críticos de la empresa.

El resultado fue que los socios de Andersen acogieron la consultoría, dice Barbara Ley Toffler, profesora en la Escuela de Negocios de Columbia y ex socia de Andersen.

"Ahora tenían una oportunidad de ser parte de firmas mucho más glamorosas y los socios con capital comenzaron a ganar enormes cantidades de dinero", dijo. "Lo que estaba disponible se volvió seductor".

Ayer, el ex prediente de la Reserva Federal Paul A. Volcker, quien ha sido contratado por Andersen para ayudar a transformar la firma, emitió recomendaciones que incluían separar los servicios de auditoría y consultoría. Volcker dijo que no debería haber acuerdos de repartición de ingresos entre los dos grupos y también llamó a prohibir la práctica de ligar parte de la paga de los auditores a "la solicitud y promoción de servicios no relacionados con las auditorías".

En una entrevista ayer, Volcker dijo que en la industria contable se había impuesto una tendencia, "ciertamente en Andersen, a perderse por su preocupación acerca del negocio de la consultoría".

Los problemas de Andersen, que tiene una importante presencia en América Latina, marcan un claro distanciamiento de su pasado. Fundada en 1913 por Arthur Andersen, un profesor en la Universidad de Northwestern, la firma comenzó a destacarse alrededor de la década de los 50. La empresa casi se disolvió después de la muerte de Andersen en 1947, pero un discípulo suyo, Leonard...

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