Constructor de la modernidad

AutorFernanda Canales

La primera década del siglo 20 vio nacer a los artífices de la arquitectura moderna en México. La lista abarca desde Luis Barragán hasta Félix Candela, y culmina con el nacimiento de Mario Pani en 1911, considerado como el último estratega en sentarse delante del tablero metropolitano para mover las fichas respondiendo a un plan. Los primeros modernos crearon formas y teorías que todavía hoy son precursoras, como la casa de Diego Rivera y Frida Kahlo (1932) de Juan O'Gorman o el Superservicio Lomas (1947) de Vladimir Kaspé. Fueron quienes inventaron la ciudad que creía en el progreso, dotando tanto los ideales como la infraestructura, cuyo apogeo tuvo lugar a mediados de los años 50, materializados en el proyecto de Ciudad Universitaria.

Salvo el centenario de Luis Barragán en 2002 y, escuetamente, los de Max Cetto en 2003 y Juan O'Gorman en 2005, los de Francisco José Serrano (2000), José Villagrán (2001), Juan Legarreta (2002), Enrique del Moral (2006) y Enrique de la Mora (2007), han pasado prácticamente inadvertidos, desaprovechando la oportunidad de difundir y hacer una relectura de su trabajo. Si supiéramos el valor de la conservación, ahora se estaría celebrando el año de Enrique Yáñez. Habría exposiciones, libros, visitas guiadas, venta de camisetas... para ensalzar los 100 años del nacimiento de este prolífico creador, quien confió en que la arquitectura moderna no era un estilo, sino una bandera.

La vida de Enrique Yáñez (1908-1990) ha sido escrita con base en la construcción de obras sociales. Si bien se le conoce como el maestro de la edificación de hospitales en México, fue, junto con Juan O'Gorman y Juan Legarreta, iniciador de la arquitectura funcionalista en los años 30. Suyos son el edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas (1936), la Escuela Normal Superior (1944), el Hospital de la Raza (1945) y la Facultad de Ciencias Químicas en Ciudad Universitaria (1952). En el plano doméstico, sorprendió también con obras como el edificio racionalista de departamentos de alquiler en la calle de Martí 251, de 1934, y décadas más tarde -a finales de los 50- con las casas regionalistas en Súchil 151, en Xotepingo, y en Cantil 121, en Jardines del Pedregal, donde lo liso y austero de su primera arquitectura se sustituyó por el empleo de materiales locales y motivos prehispánicos integrados de manera insólita al paisaje.

Yáñez fue uno de los máximos impulsores del movimiento moderno más identificado con el compromiso social. Su...

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