Consigue venganza gente de confianza

Venganzas de familiares o de empleados resentidos han sido los principales móviles en los más recientes casos de familias en donde fueron asesinados todos sus integrantes en la Ciudad de México, según las investigaciones de las autoridades.

Así ocurrió, al menos, en el caso de la escritora Yolanda Figueroa, su esposo Fernando Balderas, y sus tres hijos Patricia de 18 años, Paul de 13 y Fernando de 8, quienes fueron asesinados el 6 de diciembre de 1996, en la calle de Crestón 360, en la colonia Jardines del Pedregal.

Los cuerpos fueron encontrados en sus habitaciones con huellas de golpes realizados con objetos contundentes, en la cabeza y en una de las habitaciones de servidumbre, fue encontrado mal herido Alejandro Pérez de la Rosa, quien era chofer de la familia Balderas Figueroa.

Luego de permanecer dos semanas en estado de coma, el chofer confesó que otro empleado, de nombre Martín Hernández, su pareja, a quien identificó como Edú, y él habían planeado el crimen.

El argumento fue que los tres empleados recibían constantes malos tratos por parte de los cinco integrantes de la familia Balderas Figueroa, por lo que de determinaron asesinarlos y saquear la casa, pero surgió un problema cuando comenzó a reclamar la repartición equitativa de lo robado, por lo que Martín y Edú, quienes hasta la fecha siguen prófugos, lo comenzaron a golpear.

En otro caso, la noche del 26 de junio del año 2000, fueron encontrados los cuerpos golpeados, y algunos con quemaduras, de Antonio Sánchez Torres, de 90 años de edad; su esposa Ofelia Pliego Sánchez, de 75; y sus hijos María Antonieta, Reyna y Antonio.

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