Reflexiones/ Conservar para cambiar

AutorMauricio González

Por fin se resolvió el trance electoral y afortunadamente el proceso fue ejemplar. Los actores involucrados: Fox, el ganador, Labastida y Cárdenas, los principales opositores, el Presidente Zedillo, el aval del triunfo y el IFE, el impecable administrador del proceso electoral, se manejaron con enorme cordura y responsabilidad. Los resultados económicos están a la vista. La incertidumbre que alteró los mercados financieros en las semanas previas a las elecciones prácticamente se ha disipado. La estabilidad cambiaria está de vuelta; las tasas de interés regresan a una tendencia descendente y, quizá lo más importante, se despeja el horizonte de los nubarrones de la tan temida y ya tradicional crisis económica de fin de sexenio.

Este será el primer cambio, quizá el más significativo, que la sociedad perciba pronto en materia económica. Por cierto, irónicamente, el mérito no corresponde a la nueva administración en puerta. Obedece a la cautela y a los preparativos realizados meses atrás y, en opinión de algunos, a la obsesión del Presidente Zedillo para entregar una economía en condiciones de estabilidad. Será la primera vez en 24 años que el Presidente entrante recibe del Presidente saliente una economía con perspectivas de progreso inmediato. No es poca cosa, por lo que la primera responsabilidad del Presidente Fox es aprovechar esta enorme ventaja para encauzar con éxito la enorme expectativa de renovación que generó en su campaña.

Según algunas mediciones de opinión realizadas por GEA-ISA durante los dos últimos años, cuatro de cada cinco mexicanos desea que se modifiquen las condiciones económicas, políticas y sociales del país. Uno de los grandes aciertos de Vicente Fox fue proyectarse como un agente creíble para realizar estos cambios. Ya se agotó la etapa de prometer y se inicia la de cumplir. Con estas expectativas tan elevadas de regeneración, más vale que las respuestas surjan pronto si se desea mantener la enorme energía social que ha desatado esta elección.

El cimiento para que los cambios económicos se transformen en progreso es reconocer y respetar lo que ha permitido que la transmisión de poderes muy probablemente ocurra sin sobresaltos económicos. En esto destacan tres aspectos: las personas, las instituciones y las reglas. En los dos primeros casos el candidato ganador se ha pronunciado con cierta claridad. En diversas ocasiones ha señalado que para su equipo de Gobierno seleccionará a los individuos más capaces en cada...

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