Sin su consentimiento ( I )

AutorDoris Gomora

Primera De Dos Partes

Demandado por utilizar de manera indebida óvulos de docenas de sus pacientes, el médico argentino Ricardo Asch abandonó Estados Unidos en 1995. Sin haber saldado sus cuentas allá, hoy trabaja en la clínica de fertilidad del Hospital Angeles del Pedregal de la Ciudad de México.

Ni el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), ni la Procuraduría de California han cerrado el caso del doctor Asch como director del Centro de Salud Reproductiva de la Universidad de California en Irvine (UCI): según las pesquisas de las autoridades estadounidenses, el médico sudamericano es señalado responsable de extraer a más de 100 pacientes, a muchas de ellas sin su consentimiento, sus óvulos para implantarlos en otras mujeres con problemas de concepción natural.

Al médico chileno José Balmaceda se le implica junto con Asch en otra vertiente del caso: el fraude contra las compañías aseguradoras al cambiar los diagnósticos de las pacientes a las que se les extrajeron sus óvulos. Balmaceda ejerce en la Clínica Las Condes, de Chile, donde no hay legislación que controle el manejo de material genético.

Un tercer galeno involucrado, Sergio Stone, es el único que permanece en Estados Unidos; no ejerce más.

La demanda sobre Asch no es aislada, de un paciente enojado o de vivales que buscan unos miles de dólares demandando a un médico exitoso. De 1995 a 1999 se han registrado en diversas cortes de California 113 demandas civiles por negligencia médica contra él. Las querellas trajeron consigo el cierre del Centro de Salud Reproductiva en la UCI, la cual pagó, además, 19 millones de dólares a demandantes. Seis casos aún se mantienen abiertos.

"Sólo podrán ser juzgados (Asch y los otros dos médicos implicados) cuando los hagamos volver", reconoce Wayne Gross, el Fiscal que estuvo en un principio a cargo del proceso judicial en California. Debbie Rodriguez, su sucesora, asegura que la investigación está abierta en las cortes californianas.

Pero Asch no tiene intenciones de regresar a Estados Unidos, donde cimentó su carrera y viven dos de sus hijas: "Tengo miedo de que me pase lo mismo que al doctor (Sergio) Stone" -su ex socio y el único de los tres médicos que no huyó, que fue juzgado por fraude contra compañías aseguradoras y que permanece bajo arresto domiciliario en Villa Park, California.

Aunque Asch reconoce temer a quienes, dice, desde la burocracia de la UCI quisieron destruir su reputación "por ser un extranjero súper exitoso" y por "envidias o celosías profesionales", Josefina Walter, su representante legal en Estados Unidos, afirma, en entrevista telefónica, que su cliente no es un fugitivo.

El médico argentino tiene un permiso (FM-III) otorgado por la Secretaría de Gobernación para trabajar en México desde el 31 de octubre de 1995. Su cédula profesional está homologada por la Secretaría de Educación Pública desde 1996 y paga impuestos...

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