Consejos humanos de todo corazón

Esposa complaciente

Hola, Tía. Yo sólo deseo cumplirle una fantasía a mi pareja de un trío y me gustaría me orientaras, para saber cómo hacerle. Espero tu respuesta lo más pronto posible. Gracias.

Yayita, 47 años, ama de casa

¡Hooola!, querida Yayita. Tendrían que decidir quién desean que sea esa tercera persona en la cama. Si quieren a alguien que conozcan y crean que quiera tener esa experiencia, o bien si desean contratar a una sexoservidora. El reto es que los dos estén de acuerdo en quien será esa tercera persona y también tendrán que decidir qué se vale hacer y qué no se vale hacer con esa tercera persona.

El consentido de la profesora

Querida Tía. Ojalá puedas ayudarme, Cuando tenía 19 años me enamoré de una maestra. Finalizó el curso y me atreví a hablarle vía correo electrónico, pero ella guardaba mucho su distancia, a pesar de ser soltera. Platicamos cerca de cuatro años. Ella es mayor que yo como por 9 años. La fui a ver a su trabajo 3 o 4 veces, mi coqueteo ya era muy insistente y tuvimos una cita formal, pero sólo tomamos café y platicamos; nos vimos por segunda vez, en su casa ya que vivía sola. Al fin nos besamos, fue una experiencia para mí. Cuando nos besamos y abrazamos afuera de su casa, se despidió, se metió y ya no salió. Me fui a mi casa con los brazos en alto porque había besado a mi maestra después de varios años de espera. Pasó un tiempo, terminé una relación y se lo platiqué por el chat, le dije que estaba triste y me dijo que fuera a su casa y fui. Nos volvimos a besar y a abrazar, yo entré como a otra dimensión, miraba todo, las cosas en perfecto orden. Nos empezamos a besar otra vez y me llevó a su cama, apagó todas las luces y se quitó toda la ropa. Tía, de campeonato mundial, con mucho deseo de ella hacía mí, y yo me quería retorcer, pero estaba pensando al mil muchas cosas, yo no podía creer lo que estaba pasando porque ella era mi maestra. Hice todo lo mejor que pude y duré mucho cogiéndola. Me vine adentro de ella y no dijo nada, no usé condón porque había plena confianza. Me acosté a su lado y la abracé. Me dijo que no podía quedarme a dormir, que no estaba acostumbrada. Me fui en mi bicicleta unos 10 kilómetros, porque no traía carro ni dinero, pero feliz, porque esa noche me gradué en su cama. Volví a hablar con ella por chat, se volvió un poco fría, e insistí para volvernos a ver. Se dio, en su casa, estábamos jugando en el piso, nos empezamos a besar, y ella seguía terca con que eso...

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