El conocimiento y su administración en las empresas

AutorEnrique Medellín
Páginas57-89
57
El conocimiento y su administración en las empresas
Enrique Medellín
Introducción
En la actualidad el conocimiento está siendo considerado por pensadores, aca-
démicos, empresarios y líderes de todo el mundo como un elemento con-
sustancial a la competitividad empresarial en la medida que es un insumo
fundamental en los procesos de de innovación, los cuales son pensados, creados y
transformados por personas; pero, los recursos, los sistemas de creación, operación
e intercambio de conocimientos, la infraestructura, el espacio y el ambiente en el
que se interactúa, la mayoría de las veces, así como los marcos de actuación bajo
los que se regula el trabajo y las interacciones entre los individuos, tienen una base
organizacional.1 Como ha señalado Drucker (1992, p. 95):
En esta sociedad, los conocimientos son el recurso primario para los individuos y para
la economía en general. Tierra, trabajo y capital ·los tradicionales factores de la pro-
ducción de los economistas· no desaparecen, pero pasan a segundo plano. Se pueden
obtener, y obtener fácilmente, siempre que haya conocimientos especializados. Pero al
mismo tiempo, los conocimientos especializados no producen nada por sí mismos. Sólo
pueden volverse productivos cuando se integran en una tarea. Ésa es razón por la cual la
1 Se considera que la empresa es una organización y como tal “es una colectividad con una fronte-
ra relativamente identif‌i cable, un orden normativo, niveles de autoridad, sistemas de comunicaciones
y sistemas de coordinación de membresías; esta colectividad existe de manera continua en un ambien-
te y se involucra en actividades que se relacionan por lo general con un conjunto de metas; las activi-
dades tienen resultados para los miembros de la organización, la organización misma y la sociedad”
(Hall, 1987).
CONOCIMIENTO E INNOVACIŁN: RETOS DE LA GESTIŁN EMPRESARIAL
58
sociedad del conocimiento es también una sociedad de organizaciones: el propósito y la
función de toda organización, sea o no de negocios, es la integración de conocimientos
especializados en una tarea común.
Así, mientras el conocimiento especializado es producto de la capacidad huma-
na de llevar las ideas a la acción; su transformación en procesos organizacionales
y en rutinas, y su incorporación en sistemas, procesos productivos, y también en
productos y servicios, implica la participación de una organización que los integre
y les dé sentido.
En otras palabras, a pesar de que el conocimiento radica en los individuos (Da-
venport y Prusak, 1998), y se manifiesta de forma intangible en su mente, memoria,
talento e inteligencia, es la organización la que permite su administración y transfor-
mación en activos y capacidades, y es la que permite su incorporación productiva y
económica. Por ello se habla de conocimiento organizacional (Nonaka y Takeuchi,
1995, p. 3), para diferenciarlo del conocimiento que poseen e intercambian los indi-
viduos. Igualmente, cuando se habla de administración de conocimiento no se habla
de los conocimientos que el personal de la empresa posee en sí mismo (conocimiento
tácito, saberes incorporados), en realidad se habla de la administración de procesos
organizacionales que ayudan a crear y movilizar y utilizar el conocimiento. Esto es,
cuando se hace referencia a la administración del conocimiento2 se habla en realidad
de un conjunto de actividades organizadas ·procesos en un sentido estricto· rela-
cionadas con la creación, adquisición, organización (que abarca la codificación, cla-
sificación, reproducción, y almacenamiento), transmisión (que considera difusión y
el intercambio), y la explotación (que incluye la utilización, protección intelectual,
comercialización y medición) de diversos tipos de conocimientos y saberes (cientí-
ficos, tecnológicos, organizacionales, productivos y comerciales; codificados o no;
personales o colectivos; propios o adquiridos; integrados o no), para su utilización en
el incremento de la competitividad de las empresas.
En este texto se señalan algunos hallazgos sobre la naturaleza del conocimiento
en la organización, se examinan las características de la administración del cono-
cimiento, se discute si éste puede ser administrado y qué requisitos hay que cubrir
2 En este texto se utiliza el concepto administración de conocimiento como sinónimo del más
conocido en Iberoamérica: gestión del conocimiento. En ocasiones se utiliza el segundo porque forma
parte de alguna cita o bien para hacer más f‌l uida la lectura del texto. Eduardo Bueno (2002) sugiere
llamarle dirección del conocimiento, si el enfoque es más estratégico que operativo: “La dirección
implica un enfoque más estratégico, político y dinámico, tiene que ver con lo que se quiere hacer;
en cambio, la gestión es más estática, más pasiva, tiene que ver con la administración de lo que se
tiene”.
59
EL CONOCIMIENTO Y SU ADMINISTRACIŁN EN LAS EMPRESAS
para lograrlo, así como los roles y funciones que un gerente de conocimiento debe
desarrollar con el fin de administrar en mejores términos los flujos de conocimiento
en la empresa.
Tipos de conocimiento y su importancia
Recurso, resultado y activo estratégico
En el ámbito de las organizaciones, y de manera particular de las empresas, el
conocimiento ha sido concebido tradicionalmente como un recurso o insumo
fundamental para su operación y desarrollo, el cual tiene que obtenerse de fuen-
tes diversas, aunque lo normal sea que se adquiera por medio de la contratación de
especialistas. Como recurso, se ha dicho también, el conocimiento no se agota sino
que tiende a incrementarse con su uso, es acumulable, y si no se usa se deteriora. „El
conocimiento se ha convertido en el recurso clave, y el único escaso. Esto significa
que dichos trabajadores (los del conocimiento), tomados en su conjunto, son los due-
ños de los medios de producción‰ (Drucker, 2002: 254). Al mismo tiempo no deja
de observarse que el conocimiento mismo es un resultado de „procesos humanos
organizacionales‰ (Schein, 1988), no solo los de aprendizaje, solución de proble-
mas, toma de decisiones, y organización de actividades y procesos, sino también, y
propiamente hablando, de los de creación, transmisión y uso de conocimientos. En
este sentido, la empresa debe darse facilitar dichos procesos, no solo dotándolos de
una perspectiva estratégica, y de planes para su realización, sino también generando
un entorno adecuado para ello.
Pero también el conocimiento ha estado reconsiderándose en los años recientes,
especialmente en el campo de las empresas innovadoras, y ha pasado a ser un activo
estratégico que las empresas necesitan utilizar para reforzar su posición competitiva3,
el conocimiento ahora es „un activo colectivo compartido en redes y organizaciones‰
(Lundvall, 1996: 1), „se ha vuelto el principal activo para desarrollar ventajas compe-
titivas dinámicas‰4, como tal „es una fuente generadora de importantes ventajas com-
petitivas‰ (Barceló, 2001: 35). En este sentido, Teece (1998: 62) ha resaltado el pa-
pel de las firmas para capturar valor del conocimiento y las competencias: „Mientras
que los activos del conocimiento están cimentados en la experiencia y saberes de los
3 Acicateado sin duda por el advenimiento de la economía del conocimiento, como lo expone
Eduardo Bueno en su texto incluido en este libro.
4 Véase esta def‌i nición y su desarrollo en el texto de Garrido y Martínez que se incluye en este libro.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR