Conoce la cueva 'Mamma Mia', en Puebla

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 11 (EL UNIVERSAL).- Para entrar, tienes que gatear. Tu cara apenas se despega unos centímetros del suelo, el mismo que hace cuatro millones de años estuvo cubierto por un mar. Cuando logras salir de la grieta, frente a ti se abre una gigantesca galería recubierta de pirita, que al ser alumbrada por el staff de espeleólogos que te acompaña, el mineral brilla como si fuese oro.

Este es solo uno de los secretos que esconde la Cueva del Viento, una de las tantas cavernas que hay en el poblado de Hueytamalco, en la sierra de Puebla, muy cerca de los límites con Veracruz. Fueron descubiertas hace 20 años por un grupo de científicos mexicanos e italianos que investigaban sobre la fauna del lugar.

Donde nace el viento

La siguiente galería que vas a visitar es la de "Los murciélagos", donde conviven 20 especies de estos mamíferos voladores. Pero, ellos no son el atractivo principal: aquí observas un techo en forma de cúpula y un sinfín de rocas que parecen muelas enormes. Sobre ellas habitan colonias de bacterias que pintan toda la galería de morado, verde y amarillo.

Te detienes para descansar un momento. En total oscuridad, escuchas el silbar del viento colándose entre las grietas de la caverna. Después de unos minutos y una sesión de fotografías, los guías te preguntan hacia dónde quieres continuar: Río Blanco o "Mamma Mia", las otras dos cavernas conectadas a la Cueva del Viento.

Tesoro frágil

Si te decides por Río Blanco, debes bañarte en un pequeño playón que se forma dentro de la cueva. Es necesario quitar todo rastro de lodo en el cuerpo y en los zapatos para evitar que los minerales se contaminen y provoquen la muerte de estalactitas y estalagmitas.

La prueba de fuego para acceder a la galería principal es...

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