Confucianismo: el sistema tributario y las relaciones Sino-Coreanas.

AutorDuncan, John B.
CargoNotas

Confucianism: The Relations of Vassalage and the Sino-Korean Relationships *

Introducción

El tema de las relaciones tributarias (1) que existieron, desde los primeros siglos de la presente era hasta finales del siglo XIX, entre los reinos de Corea y los estados de China, ha sido una de las cuestiones más controvertidas en la historia coreana. Este tipo de relaciones de vasallaje ha existido en distintas épocas y en diversos lugares a lo largo de la historia; luego entonces, ¿por qué las relaciones de esta índole sostenidas entre Corea y China han causado tanta controversia? La respuesta radica en la manera en que en el siglo XX estas relaciones tributarias han sido interpretadas y utilizadas por distintos países imperialistas: Japón, Estados Unidos y, de manera más reciente y en cierto sentido, la República Popular de China.

De esta manera, durante la primera mitad del siglo XX, surgió una corriente historiográfica japonesa cuyos exponentes pretendieron legitimar el dominio colonial de Japón sobre Corea; para tal efecto formularon una serie de elucubraciones sobre la historia coreana. La falacia más generalizada esgrimió la argucia de que en el transcurso de su larga historia Corea nunca había sido un país independiente. Las premisas principales con las que se pretendió dar sustento a semejante aserto son las siguientes: la primera plantea que el Japón Yamato (300-710) conquistó Corea en el siglo IV y subyugó a los tres reinos coreanos primigenios, Koguryo, Pekche (Pekché) y Silla (Sila), obligándolos a pagar tributo como vasallos de Japón; la segunda asienta que este dominio duró hasta mediados del siglo vi, cuando las fuerzas japonesas fueron obligadas a abandonar su supuesto último bastión, ubicado en la parte Centro-Sur de la península coreana; la tercera señala que, enseguida, China pasó a ocupar el lugar de Japón, y desde ese momento y hasta finales del siglo xIx, todos los reinos coreanos mantuvieron relaciones tributarias con los estados chinos; la cuarta reafirma que Corea estuvo sujeta al pago de tributo como vasallo de Japón y China. Esta última reformulación fue utilizada con el propósito de ratificar que, en efecto, Corea nunca fue un país independiente. A pesar de que esta interpretación histórica ha caído en el más completo descrédito en el transcurso de los últimos 50 o 60 años, aún existen en Japón y en algunos otros lugares historiadores que se mantienen aferrados a ella.

En la segunda mitad del siglo XX, estudiosos estadounidenses, encabezados por John King Fairbank, de la Universidad de Harvard, aventuraron su propia interpretación de estas relaciones tributarias, presentándolas como parte del engranaje de un sistema tributario que conformaba un orden internacional regido por China. En la concepción de Fairbank este modelo de sistema tributario resultaba ser la adaptación del orden jerárquico cultural y político confuciano a las relaciones interestatales; es decir, un sistema en el cual el emperador chino aparecía como el soberano nominal de "todo lo que se encuentra bajo del cielo" (2) y, por lo tanto, revestía la figura del "padre", mientras que los reyes que gobernaban los estados más pequeños eran los "hijos" y, en consecuencia, debían mostrar lealtad y piedad filial a su padre-emperador. De acuerdo con Fairbank, los coreanos, quienes eran tan confucianos como los chinos e incluso todavía más, por siglos habían sido los súbditos más leales y constantes en la entrega del tributo. Aunque los académicos estadounidenses no llegaron al punto de interpretar la participación coreana en este "sistema" tributario como evidencia de que Corea jamás había gozado de independencia política, sí la utilizaron para presentar la imagen de un país que, en efecto, había sido colonizado en términos culturales por China. Esta visión ha tenido notables implicaciones en la interpretación de ciertos pasajes históricos hecha por la academia estadounidense, según la cual Corea "fracasó" en su intento por adaptarse al desafío de Occidente durante la segunda mitad del siglo XIX, momento en que los coreanos mostraron no tener la capacidad de emprender la modernización de su país por sí mismos, debido a su empecinada adhesión a la ortodoxia confuciana y a su lealtad a una China en decadencia. La interpretación de Fairbank ha sido refutada en años recientes en diferentes círculos académicos de Estados Unidos y de otras partes del mundo, por la forma en que privilegiaba la presencia de China en detrimento de países como Corea, Vietnam, Mongolia, Japón y algunos otros. En nuestra visión, esta figura representó una especie de modelo utilizado por el gobierno de Estados Unidos con el propósito de afirmar su hegemonía mundial a través de la preconización de los valores culturales estadounidenses como normas universales.

Dado el carácter de estas cuestiones, el propósito de este trabajo consiste en ofrecer una interpretación menos sesgada sobre la naturaleza y el significado de las relaciones tributarias entre Corea y China, y tratar de esclarecer de manera particular cómo estos vínculos han sido entendidos y utilizados desde la perspectiva coreana. Empezaremos la exposición con una breve referencia sobre las características que revisten estas relaciones tributarias. Enseguida se procederá a exponer como éstas se desarrollaron hasta el siglo XIX. Después nos ocuparemos de la transformación operada en estas relaciones durante la segunda mitad del siglo XIX a través del análisis del significado histórico de los cambios acaecidos. Por último, abordaremos lo relativo a una nueva interpretación sobre estas relaciones tributarias premodernas, que ha generado una acalorada controversia entre Corea y China a principios del siglo XXI.

Características de las relaciones tributarias en el Este de Asia

Las relaciones tributarias no han sido exclusivas del Este de Asia. Han aparecido en diferentes lugares y distintas épocas históricas, como es el caso de los imperios romano, mogol (3) y turco otomano, por mencionar algunas muestras representativas. En cada uno de estos ejemplos puede observarse que se hizo el intento de racionalizar de varias formas las ideologías imperiales. Una de las peculiaridades más distintivas de las relaciones tributarias en el Este de Asia es que se trata de un sistema que tuvo una duración muy prolongada, debido a su constante reconstitución a través de los continuos cambios dinásticos y otras revueltas que determinaron su permanencia por cerca de 1 700 años. Otra de sus singularidades es la manera en que el código moral confuciano contribuyó al crecimiento de estas relaciones tributarias en el Este de Asia, en particular después del surgimiento de la escuela de Cheng-Zhu, también conocida como neoconfucianismo, durante la época Ming de China y la Choson de Corea.

La premisa central detrás de estas relaciones tributarias, al menos en la forma en que fueron representadas por los chinos, es que China era la única tierra civilizada y el resto de los pueblos eran bárbaros, o algo peor, y por tanto sólo podía haber un emperador en el mundo: el soberano de China, quien por haber recibido el mandato del cielo estaba por encima de los demás reyes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR