Confiesa en borrachera crímenes

AutorEL NORTE / Staff

MÉXICO.- Una borrachera acabó con las andanzas criminales de Enrique Aurelio Elizondo Flores "El Árabe" o "El Cuervo", quizá uno de los asesinos más crueles que ha sido reclutado por la organización de Los Zetas.

La noche del 20 de enero pasado, en un bar del Municipio de Salinas Victoria, Nuevo León, Elizondo empezó a fanfarronear que había destazado con sus propias manos a decenas de personas y que era un mando del cártel más temido en la entidad.

Un testigo salió del bar, marcó a la Policía y minutos después arribaron al lugar agentes estatales, quienes aprovecharon que el tamaulipeco de de 35 años estaba desarmado y tambaleante para aprehenderlo, de acuerdo con informes policiacos.

Elizondo no era un desconocido para las autoridades neoleonesas, pues cuatro meses atrás lo habían detenido en compañía de cuatro personas, a bordo de un auto robado, en el Municipio de Guadalupe. Sin embargo, lo dejaron libre.

De acuerdo con la información, "El Árabe" fue capturado el 17 de septiembre y en aquella ocasión se identificó como Jesús Arturo Burgos Ramírez.

Una juez calificadora remitió a los sospechosos al Ministerio Público Especializado en Robos, del Municipio de San Nicolás de los Garza, que depende de la Procuraduría de Nuevo León.

Sin embargo, en la averiguación previa 3231/2011-I-1, el fiscal responsable sólo consignó a José Arturo Flores Cavazos, un sujeto que en los ambientes del hampa era conocido como lugarteniente de Elizondo.

Tanto "El Árabe" como sus acompañantes Brenda Alicia Hernández, Johana Pérez y María del Carmen Gómez fueron liberados pues el agente del Ministerio Público determinó que no había delito que perseguir, según la información del Gobierno federal.

Con esto, uno de los hombres que era blanco de corporaciones federales por estar presuntamente involucrado en diversos crímenes, fue puesto en las calles. Sin embargo, el gusto no le duró mucho.

Cuatro meses después volvió a ser detenido. La Procuraduría de Nuevo León reveló que Elizondo había confesado la ejecución de 75 personas; muchas de ellas, pasajeros de autobuses y algunos menores, a quienes torturó, despedazó y calcinó.

DANZA Y MUERTE

En un paraje de la Sierra de Cerralvo, a la orilla de la carretera, "El Árabe" y por lo menos otros tres Zetas aparcaron su camioneta gris. Todos vestían uniformes tipo militar, algunos llevan fornituras, otros chaleco antibalas y armas largas.

Alguien toma el celular y empieza a grabar cuando uno de los sicarios salta a bailar en...

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