Confesiones en el aire

AutorDubraska Romero

Este sacerdote ha sido una de las 15 mil personas que a diario se cruzan en el aeropuerto tapatío. Antes de abordar uno de los 300 vuelos que opera la terminal, contó un poco de su vida

Pasajero: Rodrigo Martínez

Vuelo: Guadalajara-Hermosillo

Viaje: Trabajo

A la hora de volar, este pasajero no se preocupa por buscar la ropa más cómoda o la de temporada. Siempre viaja de elegante y sobrio negro. Su sotana lo acompaña desde hace más de 10 años.

La espera no le inquieta. Aguarda con la misma paciencia que le predica a sus feligreses en una fila de al menos 30 viajeros por delante para tomar el vuelo que lo llevará a la ciudad de Hermosillo, en el Estado de Sonora, para buscar sus pertenencias.

Rodrigo Martínez disfruta observando la gente que cruza a su paso. Sabe que su sotana despierta el interés en muchos, que no pueden dejar de posar su mirada en su vestimenta.

Uno que otro viajero, tímidamente baja su cabeza cuando está frente a él, esperando un saludo que siempre llega.

Los más osados se acercan a solicitar un consejo, decir alguna confidencia, e incluso, la premura por realizar la confesión de algún pecado ha convertido la sala del aeropuerto en un improvisado confesionario.

No le disgusta que la gente se acerque. Disfruta de su presencia, y trata de entender esa sensación de desconocimiento que existe entre uno y...

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