Confesiones de una adolescente
| Autor | Rubén Amón |
Con la publicación de su escabroso diario íntimo, Melissa Paranello o Melissa P., una adolescente siciliana, se ha convertido en un fenómeno editorial, pues en unos meses ha logrado vender más de 700 mil ejemplares de su libro, recientemente traducido al español.
El diario Los cien golpes, de apenas 143 páginas, circula entre los adolescentes como si fuera un videojuego pirata o el último disco de Britney Spears, pero la diferencia es que el libro de la escritora debutante representa una guía autobiográfica en el laberinto de las perversiones sexuales, incluidas orgías al estilo Ojos bien cerrados, experiencias masoquistas, estupro inconsciente, placer sádico, experimentación caprichosa del lesbianismo, voyeurismo, travestismo y citas a ciegas.
"Estando desnuda en medio de ellos, he sentido la pertenencia a un mundo desconocido. Pero después, saliendo de aquella habitación, mi corazón se ha roto en pedazos y he sentido una vergüenza indecible".
El párrafo corresponde a una de las muchas experiencias que Melissa P. describe en el diario. Casi todas le sucedieron entre los 15 y los 16 años. Todas representan un ritual profanatorio del cuerpo con resultados frustrantes, deprimentes. Por ejemplo, cuando el inefable profesor particular la condujo a un festín de parejas veteranas y pudientes, o cuando un señorón casado le pidió que lo sodomizara vestida como una valquiria de látex. "Lo estaba sometiendo y era feliz. Estaba afirmando mi persona, mi cuerpo, mi alma", escribe el 1 de marzo de 2002.
El memorial pornográfico se atiene a un eje narcisista, en ocasiones gélido, casi siempre revestido de tópicos literarios -"lo desconocido", "la poción secreta", "la caldera de pasiones"- y repleto de metáforas kitsch.
No importa la calidad, sino que Melissa P. ha provocado un escándalo nacional y una profunda reflexión sociológica a cuenta de la promiscuidad y los excesos que proliferan entre los quinceañeros.
Los padres se preguntan: "¿Y si mis hijos fueran como Melissa?", porque el librito en cuestión ha dejado de ser un fenómeno marginal o un delirio intransferible de una ninfómana precoz. Melissa podría haberse escapado de una película de Larry Clark o esconderse bajo el seudónimo de un autor de folletones pornográficos, pero es una adolescente de carne y hueso que ha descubierto el poder de la seducción sin miedo a exponerse a la cacería de los depredadores adultos.
"Quería demostrar algo", explica al margen del diario. "No sé qué. Quizá era un modo...
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