El Concorde, reliquia de un futuro supersónico

AutorNaief Yehya

"Así como el hombre no es perfecto, ninguna máquina construida por la inteligencia humana podrá ser perfecta. El riesgo cero no existe. El Concorde, esta bella ave no merece ser sacrificada en el altar del principio de la precaución".

Le Figaro.

Hace 30 años el futuro era un lugar glamoroso de viajes interespaciales, de conquistas siderales y de paseos a la velocidad del sonido al alcance de todos. Creíamos que el Siglo 21 sería supersónico o no sería. En las fantasías de la ciencia ficción las computadoras del tercer milenio ocupaban edificios enteros y tenían foquitos de colores que parpadeaban sin cesar; los robots eran mayordomos metálicos obedientes; los autos flotaban en el aire; el sistema solar era nuestro jardín trasero; las mujeres se paseaban envueltas únicamente por vestidos transparentes y las pistolas disparaban rayos paralizantes. Lo único que nos queda de ese futuro que no fue es el Concorde, una esbelta ave metálica de graciosas alas triangulares y un pico capaz de inclinarse al aterrizar y despegar. Pero después de tres décadas de mantener un récord casi impecable, esta reliquia del futuro está en serio peligro de pasar al museo de las tecnologías obsoletas. El 25 de julio del año 2000, uno de los Concordes de Air France se estrelló dos minutos después de haber despegado del Aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle. Aunque muchos otros aviones han tenido accidentes catastróficos y siguen volando, en este caso es posible que haya llegado la hora de poner a dormir a esta bestia. Durante años Air France y British Airways se han mantenido como los únicos orgullosos defensores del Concorde, pero después de que esta nave quedara despedazada entre los escombros del Hotelissino, en el deslucido suburbio parisino de Gonesse, quizás no tengan otra alternativa más que olvidar los sueños supersónicos.

El Concorde voló por primera vez en 1969 y, en particular, el avión accidentado comenzó su carrera el 17 de junio de 1979; antes de destruirse llevaba 11 mil 989 horas de vuelo, lo cual es considerable pero no extraordinario. Este avión pertenecía a la flotilla que ha puesto al alcance de ciertos simples mortales la magia de romper la barrera del sonido, un privilegio que tan sólo tienen un puñado de pilotos militares elegidos. Después del accidente del vuelo AF4590, a Air France sólo le quedan cinco concordes y a British Airways siete. Y aunque esta última línea continuó volándolos hasta hace unos días (a diferencia de Air France que optó...

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